CERRATEANDO - PERSONALIDADES Y PERSONAJES VINCULADOS A BALTANÁS Y SU COMARCA

 QUIEN FUE QUIEN EN BALTANÁS Y SU COMARCA

PERSONALIDADES Y PERSONAJES VINCULADOS A BALTANÁS Y SU COMARCA


Baltanás, la capital histórica del Cerrato y que yo denomino “La Perla del Cerrato”, ha sido una población fecunda de familias entre las que había varios nobles y algunos descendientes según sus ejecutorias y escudos, de sangre real.

El primer documento histórico que menciona a Baltanás supónese que pertenece al año 1030, en cuya época el Rey Don Sancho "El Mayor" hizo donación al Monasterio de San Isidro de Dueñas de la Iglesia de San Miguel de "Valle de Atanasio" (Baltanás).

En 1059, aparece Baltanás en otro documento por el que el Rey Don Fernando I confirma las donaciones hechas por su padre Don Sancho II el Mayor, a favor de la Diócesis palentina, restaurada por éste en 1035.

Baltanás, fue Señorio del Maestre de la Orden de Santiago y más tarde, de los Zúñiga, Marqueses de Aguilafuente.


BALTANASIEGOS ILUSTRES, ANTES VALTANASENSES

Quiero relatar sobre los baltanasiegos, antes valtanasenses, ilustres, si, porque Baltanás, antes Valtanás hasta el siglo XVIII, fue esta población, madre fecunda de hijos importantes para todo, porque sus familias, entre las que hay varias nobles y algunas con descendientes, otras con ingeniosos artífices y oficiales en las artes, avispados negociadores en el comercio terrestre y marítimo, animosos soldados en los ejércitos, esforzados Jefes en las Escuadras, diestros Pilotos en los mares, generosos Caballeros en las Encomiendas, colegiales en los Seminarios y Colegios Mayores, maestros y profesores de las ciencias en las Escuelas y Universidades, justificados Ministros en las Audiencias: Inquisidores, Comisarios y familiares en el Santo Oficio, celosos Obispos en los Obispados, provisores discretos en las Curias Eclesiásticas, Abades insignes en las Abadías, Cámaras, Priores y Prebendados en las Catedrales, Arciprestes en los oratorios, clérigos circunspectos en las iglesias, religiosos infinitos en las órdenes, monacales y mendicantes, Prelados superiores o inferiores en sus Prelacías, misioneros evangélicos en el Japón, China y Conchinchina, monjas en los claustros, beatas, ascetas y ermitaños en los desiertos.

También hubo importantes baltanasiegos, en los templos, en las capillas, en las capellanías, en los hospitales, en las cofradías, en los montepios, piadosas memorias, dotaciones, vínculos y mayorazgos fundadores, solo parece que faltara dar santos en los altares, lo que puede no estar muy distante y voy a dar la razón, concluyendo con la sucinta relación de las glorias y felicidades de este dichoso e importante pueblo, Baltanás, antes Valtanás, capital histórica del Cerrato, con las protestas debidas en los decretos de Urbano VIII.

Estos son algunos de los ilustres hombres e importantes familias de baltanasiegos, que hasta el 1790 brillaron y dieron renombre a la villa de Baltanás, la capital histórica del Cerrato, por Decreto de Cédula Real expedida por los Reyes Católicos, con sus correspondientes oficios, profesiones y cargos.

* Los Tristán, maestros de obras de la cantería.

* Los Calleja, Pascual, Baranda, madereros, tallistas, carreteros.

* Los Calleja y Pérez, cerrajeros, herreros.

* Los Casado, médicos.

* Los García y Pascual, cirujanos.

* Los Zamora y Gutiérrez, albeitares (veterinarios).

* Los Diez y Villafruela, sastres y zapateros.

* Los Cantera, Jefes de embarcación.

Los del pueblo, fueron comerciantes por tierra y mar, en el reino y en sus Indias.

Fueron infinitos los soldados que derramaron su sangre en las guerras de Italia, Portugal y Francia.


* Los Maté y González, Pilotos.

* Los Mata y Calvo, Caballeros6 cruzados.

* En los Monasterios, los Sanz y Villafruela, Vicarios.

* Los Calleja y Diago, Colegiales menores.

* Los Aguado, Pardo y Calvo, Colegiales mayores.

* Los Gutiérrez y Moreno, maestros en las escuelas y Universidades.

* Los Arredondo, ministros en las audiencias.

* Los Maté, Mendoza, Salcedo y Calvo, Inquisidores.

* Los Núnez, Prados, Sanz, Puertas, Calvo y Diago, Comisarios.

* Los Ruifernández, Puertas, Gutiérrez y Atienza, familiares, de los Aceves, García, y otras, Obispos.

* Los Valverde, Calvo, Izquierdo, Isla y Maté, Provisores.

* Los Villafruela; Abades.

* Los Salas, Cantera, Chantres, Priores.

* Los Ruiz, García y Calvo, Prebendados.

* Los Nieto y Calvo, Arciprestes, Vicarios.

* Los García, Villafruela y Atienza, Párrocos.

* Los Ruifernández, Vicarios, Padres de los Oratorios.

De casi todas las familias, clérigos, religiosos.

* Los García, Generales.

* Los Caballero, González y Nieto, operarios evangélicos.

* Los Calvo, Cantera, Aguado, Villoldo, Pedrosa, Vicario, Arredondo, Espina, monjas; de distintas familias, beatas.

* Los Miranda y Nieto, ermitaños.

* Los Maté, Mendoza, Valverde, Cantarero, Núñez y otros fundadores de templos, capillas, altares, Obras Pías, Hospitales, memorias y Mayorazgos.

Familias nobles e hidalgas de Valtanás, después Baltanás

Personajes de la época.

* Los Dorante, descendientes de sangre real.

* Los Acove. Los Mata. Los Velez. Los Ruiz. Los Becerra. Los Pedrosa. Los Salas. Los Rozas. Los Rodríguez. Los Villoldo. Los Calvo. Los Diez. Los Pérez, tambén fueron familias hidalgas.

Obispos de familias de Baltanás.

* El Sr. D. Diego Pérez de Osma.

El año 1207 murió en olor de santidad; su cuerpo está enterrado en Osma, y su cabeza se llevó á Malaga.

* El señor don Josef García, General de la Orden de San Francisco, y Obispo de Sigüenza, siglo XVIII.

* El señor don F. R. Obispo de Palencia y el señor don Sancho de la Mata y Acebes, Obispo de Astorga en 1500. Murió el 1515.

* Fray Arsénio del Campo Monasterio.
Historia de un Obispo de Baltanás.







Abades.

* Don F. Villafruela, Abad de Hérmedes.

Arcedianos.

* Don Luis Picado, de Badajoz. Chantre. Don Manuel de la Cantera, de Sigüenza.

Provisores.

* Don Juan de Valverde, de Avila, siglo 18. Don Mateo Izquierdo, de Teruel. Don Lorenzo Calvo, de Cuenca. Don Isidoro Isla y Mate, de Zaragoza; todos en el siglo XVIII.

Prior.

* Don Juan de Salas, de Palencia.

Canónigos.

* Don Manuel Ruiz y don Lorenzo Calvo Ruipez.

Caballeros cruzados.

* Don Pedro Ruiz de Mata, 1542. De la Orden de Alcántara. 

* Don Juan Calvo Ruipez, de la Orden de Calatrava, siglo XVIII y Comendador don Cristóbal de Mata, 1575.

Arciprestes.

* Don Juan y don Antonio Nieto, siglo XVII. 

* Don Francisco Calvo Ruipez, siglo XVIII. 

* Don Juan Calvo de la Cantera, de Cifuentes, en el obispado de Sigüenza, siglo XVIII.

Inquisidores.

* Don Pedro Mate Mendoza, en Zaragoza. 

* Don Pedro Mate Salcedo, en Cartagena de las Indias. 

* Don Lorenzo Calvo de la Cantera, en Llerena, Valladolid y la Suprema, siglo XVIII.

Comisarios del Santo Oficio

* Don Francisco Núñez de Prada

* Don Juan Calvo de la Cantera.

* Don Josef Sanz Puertas

* Don Tomás Diago.

Familiares.

* Andrés y Manuel de Ruifernández, abuelo y nieto. 

* Agustín Puertas Núñez, y Joaquín su hijo. Manuel Gutiérrez Calvo, José Atienza Mena, Josef Instan Martínez, todos siglo XVIII.

Pilotos de embarcación.

* Don Manuel Mate Diago.

Don Félix Galán Mate.

Jefes de embarcación.

* Don Manuel de la Cantera, 

* Don Juan Calvo Ruipez, don Manuel de Villafruela.

Fundadores del Convento.

Año 1587. Don Pedro de Zúñiga y su mujer doña. Ana Enriquez de Cabrera y de la Cantera, primeros Marqueses y fundadores del Marquesado de Aguilafuente. 

Este convento fue casa de noviciado, después de filosofía, después fue casa de teólogos y después fué colegio de Misión.


Estos son dos casos excepcionales de prohombres “baltanasiegos”.

 * Andrés Miranda Toro

* Antonio Caballero González

(De su vida impresa en Córdoba y escrita por don Josef López Baena.)

* Andrés Miranda Toro

Determina poner sobre los altares a los hijos de la Iglesia, que llenos de méritos y virtudes, consuman el curso de esta vida felizmente y así parece que concluyó en este siglo, según el impreso que con las licencias necesarias ha salido de la suya, aquel hombre que la comenzó en un pueblo cabeza de merindad entre cerros, pasó casi su mitad en cerros fuera de poblado, y la acabó en la población, cabeza de Reino, al pie de cerros.

Andrés hijo de Manuel de Miranda y Manuela de Toro, vecinos y naturales de la villa de Baltanás, bautizado en su parroquia el día 24 de Abril del ano 1703, que alistado en la Marina, en la que sirvió al Rey durante doce años.

Navegando con una escuadra hacia Palermo, por el paso de la Eolia ó Estromboli, en el contorno de Sicilia, al oír los espantosos truenos del volcán Etna, ver sus espesas humaredas y arroyos de ascuas encendidas, que vomitaba y corrían hacia el mar, donde se apagaban, como si allí mismo le hubiera hablado el Eclesiástico con aquella máxima sagrada, acuérdate de tus postrimerías, lo que le puso a considerar seriamente en la de aquel pozo del abismo, en sus carbones y fuego devorador, incendio inextinguible, humo interminable, ardores sempiternos y horrenda hoguera que enciende y aviva el Soplo del Dios de las venganzas, para castigar a los insensatos que abusan de su infinita paciencia y obstinados en los vicios desprecian los avisos de su paternal clemencia; y tocado su interior a la luz de tan cristiana reflexión de los deseos de mudar de vida, determinó alejarse de todo lo terreno, huyendo como dice David, del mundo para hacer mansión en la soledad aquella.

Inspiraciones divinas le llamaban con aquellos llamamientos con que el Señor, según Oseas, llama a las almas para hablarlas palabras de vida eterna; y con una resolución semejante a la de aquellos hombres que dejando todas las cosas se retiraron a los desiertos de Thebaida, Nitria y Palestina, se fue y trepó a la de Nuestra Señora de Belén, en las Sierras de Córdoba, donde abrazó el Instituto de su Congregación de San Pablo, primer ermitaño, tomó pasados los seis meses de aprobación que mandan sus constituciones, la capilla, se filió por uno de sus hermanos con el nombre de Andrés de San Antonio Abad, y retirado a seguir las huellas de estos dos grandes padres del Yermo en una de sus ermitas, la más castigada de los calores y azotada de los vientos, comenzó como mística abeja en su colmena a labrar el panal dulcísimo de la devoción, con el ejercicio de las virtudes, y entabló desprendido de todo, pobre de espíritu, humilde, modesto, obediente, sufrido, paciente, una vida solitaria, eremítica, contemplativa, austera y penitente, que sentado como buen Andrés a la sombra del árbol de la Cruz, que tanto había deseado, y tenía siempre presente, continuó por espacio de veintiséis años, castigando como el Apóstol su cuerpo y reduciéndolo a servidumbre, con continuos ayunos, vigilias continuadas, una cruz grande con ochenta y seis puntas fuertes bien apretada a la carne, y otras maceraciones, para sujetarle a las leyes del espíritu, que extenuadas con tanta mortificación las fuerzas corporales.

Se puso en las manos del Señor el día 10 de Junio de 1763, en el Hospital del Cardenal de dicha ciudad de Córdoba, donde yace en el hueco de una bóveda con el correspondiente pergamino de su nombre, y día en que falleció; hasta que los designios divinos dispongan otra cosa.

(De su vida en la segunda parte de la Crónica de los Franciscanos Descalzos de Filipinas)

* Antonio Caballero González

Así la consumó también un siglo antes aquel otro hombre, que bañado con las aguas del bautismo en la iglesia Parroquial de Baltanás, el día 20 de Abril de 1602, ungido atleta de Jesucristo, saltó como gigante a correr el camino de esta vida con acciones de adulto en la infancia, de anciano en la pubertad, de cristiano en el trato con las gentes, y de devoto en los templos.

Aquel que estudiando gramática en Palencia, una tarde que estaba bañándose en el río Carrión, liberó de ahogarse el Patrocinio de María, de quien era cordialísimo devoto.

Antonio, hijo de Pedro Caballero, y María González, vecinos y naturales de la expresada villa, Valtanás, después Baltanás, que cursando en Salamanca, llamándole los suyos impulsos de la vocación divina a la religión seranea, cuando la fortuna le hacía más halagos, ofrecían conveniencia la prosperidad de su casa y brindaba con felicidades el honroso enlace de una prima, doncella rica y adornada de las principales prendas de su sexo, fió la elección de su estado a la suerte de un rosario tirado en el aire y caído sobre sus hombros.

Dejando á sus padres, a su gente, a su futura esposa y todas las cosas, vistió el hábito de Francisco Descalzo en el convento del Calvario, a los dieciséis años de su edad, profesó a los diecisiete y resellado con el nombre de Fr. Antonio de Santa María, destinado a los estudios e instruido su claro, vivo y raro ingenio en las sutilezas de Aristóteles y doctrinas teológicas del sutil maestro, subió a la cátedra del Espíritu Santo para enseñar las gentes y predicar el Evangelio, en cuyo ministerio no era poco el fruto que hacía su pico de oro y deseoso de más copiosa mies, pasó a las islas de Luzón, hoy Filipinas, donde por su talento, letras, virtud y celo, le hizo cargar la obediencia con el peso del confesonario, púlpito, cátedra y cuidado de los japoneses leprosos; asaltando a su corazón aquellos deseos que desde muy niño comenzó a sentir de padecer el martirio por la exaltación de la fé, no paró hasta trasladarse al grande imperio de la China, después a la Cochinchina, en cuyas bárbaras naciones se introdujo como obrero evangélico, sin dinero, fardel, alforja, vara ni calzado, a cumplir con el encargo que el Salvador del mundo, hizo a los primeros de su vina, a sus sucesores y demás llamados a la parte del ministerio de catequizar, bautizar, predicar, enseñar, curar y sanar enfermos, que desempeñó lleno de fé, por mantener y extender la católica.

Puesta toda su esperanza en Dios para conseguir el feliz éxito de sus espirituales empresas; empleado siempre en su Santo servicio y bien de las almas, atento y pronto a las divinas inspiraciones como fiel siervo constituido sobre su familia para coger en el tiempo oportuno el fruto de sus trabajos.

Émulo de las esperanzas del Bautista, su oculto director para allanar los caminos del Señor; imitador de los castigos con que el Doctor de las gentes, Patrono de su provincia, afligía su cuerpo, para reducir el suyo a las leyes del espíritu, ciego y alegre en obedecer a ¡os preceptos de sus Prelados y superiores, como el Vento Scoto, su maestro, para ir prudentemente sin riesgo y con acierto en todas sus operaciones, pobre de espíritu y humilde de corazón, como hijo del patriarca, San Francisco, para merecer las prendas y virtudes que el Redentor amó, y con su ejemplo confundir los ricos, delicados, poderosos y fuertes; austero penitente, pródigo de su Sangre con espantosas diarias disciplinas, como otro San Pedro Alcántara, para conservar ilesa su virginal pureza; celoso fervoroso en los sermones, en las controversias, en los escritos, contra los errores de los luteranos, calvinistas, y demás enemigos infelícisimos del catolicismo, como otro San Antonio de Padua, para apacentar y aumentar el rebaño de Jesucristo y librarle de tantos lobos, que continuamente le están asaltando devoto de sús sacrosantas llagas, como el doctor San Buenaventura, para coger en tan divinas fuentes aquellas saludables aguas conque está brindando con todos; abstemio en la comida, parco en el sueño, retirado y recogido muchos tiempos en la oración, hasta elevarse algunas veces en mentales excesos, y corporales raptos en el intimo trato con su amado y querido dueño Jesús, delante de quien encendido y abrasado prorrumpía en unas expresiones alentadas de... más almas, Señor, más almas... otras inundado de celestiales influencias, humilde y reconocido por la poca capacidad de su corazón, para tan singulares finezas, en las de... basta, Señor, basta...

Incesante en trabajar, con la palabra, con la pluma, desvaneciendo los ecos de su voz las más densas nieblas del gentilismo, derribando con sus manos los ídolos, habiendo quemar sus arasy y destruir sus templos; impugnando y refutando los cultos de su máximo Profeta y maestro el Confucio y todos los demás ridículos y supersticiosos ritos sinenses, escribiendo apologías sólidas y doctas en defensa del Doctor Mariano, de la Inmaculada Concepción, sobre puntos teológicos, de la autoridad Pontificia, Silla Apostólica, inmunidad eclesiástica, contra libelos infamatorios de la religión católica, blasfemos cresiarcas, Secta y Añoran de Mahoma, relaciones sobre la religiosidad de la Provincia de San Gregorio, de los sucesos de sus misiones desde que entró en China, graves escritos y memoriales al Monarca de España, Inquisición y Cardenales, la historia de ocho mártires en el Japón, utilísimos tratados sobre los dogmas católicos, un tomo de profecías, convenientes al bien común y estado futuro de la Iglesia, varios contra las sectas, más de trescientas de los chinos, admirables anotaciones con un proemio a la floresta franciscana, con obras sobre ilustraciones y visiones de su confesada, la V. María Magdalena de la Cruz, española natural de Pinto, fundadora de la Clarisas de Manila donde se ve un golpe de erudición en sagradas letras, en cánones, teología, doctrina de los Santos Padres, por la que la de todos sus escritos que no caben en cinco volúmenes abultados de a folio y fama de su elevado espíritu y tareas apostólicas que resonaron en la congregación de proganda flde y a los oidos del Vicario de Jesucristo, el San Urbano VIII.

Mereció y se les despacharon entre otras particulares gracias, bullas pontificias de Prefecto Apostólico de las misiones de la China, en cuyo empleo y otros en que lo puso la obediencia, prestó grandísimos servicios, tanto que las plumas historiadoras de su vida, le dan los epitetos de obrero diligente, incansable, inimitable, teólogo aventajado en lo escolástico, exegético polémico, dogmático, místico, serafin en el celo y querubin en la ciencia.

Antonio fue y es gloria de su patria Baltanás, y honra de la religión franciscana, luz de la China donde dejó con su sudor plantada la iglesia y arraigada la cristiandad, fue admiración y pasmo de la Asia, de la Europa y de la España; de este esforzado campeón de la milicia cristiana, que desnudándose de la carne a fuerza de trabajos y desvelos se dejó ver en tan penosa vida, con sola la piel y los huesos, como el grande de los Basilios, y acatar este destierro hecho una estatua de la muerte, desterrado por plantar le ley de Cristo en la ciudad de Cantón.

En esta ciudad fue donde a los sesenta y siete años de su edad murió, empuñada la imagen de Jesucristo y repitiendo su nombre, a las cuatro y media de la tarde del día 13 de Mayo de 1689 y fué enterrado su cuerpo con presencia de los misioneros de la China, que sin embargo de estar unos a cien leguas, otros a doscientas, otros a cuatrocientas, asistieron a su muerte y entierro un cuarto de legua de esta ciudad, del otro lado del rio por el Sur, a la falda de un pequeño monte, en un replano, en que descansa sepultado, hasta que el Señor de la Gloria quiera, y disponga su Vicario, se le de la accidental de culto, de que parece es digno, salva siempre la protesta hecha.

En Baltanás hubo familias notables

Los Tristanes y Aguados, maestros de cantería; los Calleja, Pascual y Baranda, madereros, tallistas, carreteros; los Calleja y Pérez, cerrajeros y herreros; los Casado, médicos; cirujanos los Garcia y Pascuales; los Zamora y Gutierrez, veterinarios, albeitares; sastres y zapateros, los Diez y Villafruela.

Palacio de los Calvo.

También había familias importantes, vinculadas a la soldadesca que derramaron su sangre en batallas en Italia, Portugal y Francia, como los Pilotos marinos Maté, González; los Caballeros Cruzados Matas y Calvos; colegiales menores y mayores como los Monasterio, Sanz, Villafruela, Vicario, Calleja, Diago, Aguado, Pardo, Calvo; maestros de escuela y universidades como los Gutierrez y Moreno; Ministros de las Audiencias como los Maté, Mendoza, Salcedo y Calvo, Inquisidores; Comisarios de la Inquisición como los Nuñez, Prado, Sanz, Puertas, Calvo, Diago, Ruifernandez, Gutierrez, Atienza; Familiares de la Inquisición, los Aceves, Mata, Garcia, Obispo; Provisores de la Inquisición, los Valverde, Calvo, Izquierdo, Islas, Maté.

Abades y Priores, los de Salas, Cantera; Prebendados, los Ruiz, Garcia y los Calvo; Arciprestes, Párrocos, Padres de los Oratorios y Clérigos, los Nieto, Calvo, Vicario, Garcia, Villafruela, Atienza; Generales, de los Garcia; Operarios Evangélicos, de los Caballero, los Gonzalez, los Nieto; Monjas y Beatas, de los Calvo, los Cantera, los Aguado, los Villoldo, los Pedrosa, los Vicario, los Arredondo, los Espina; Ermitaños de los Miranda y Nieto; Fundadores de Templos, Capillas, Altares, Obras Pías, Hospitales, Memorias y Mayorazgos, de los Maté, Mendoza, Valverde, Cantarero o Nuñez.

Otros apellidos relevantes de Baltanás, fueron Alejo, Álvarez, Antonio, Arnáiz, Cabezudo, Calleja, Campóo, Diago, Diez, Galán, Guijas, Gutiérrez, Herrero, Mateo, Mena, Mínguez, Pardo, Pascual, Puertas, Redondo, Rodríguez, Ruifernández, Sáenz, Salas, Sanz, Sardón, Tapia, Varanda, Vélez, Zamora y Zeballos .

Familias Nobles e Hidalgas de Baltanás 

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, varios vecinos de esta villa probaron su hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid. 

Los referidos hidalgos ostentaban los siguientes apellidos:

  • Los Dorante, descendientes de sangre real.
  • Los Calvo
  • Los Carvajal
  • Los Izquierdo
  • Los Garzón
  • Los Mena
  • Los Pedrosa
  • Los Pérez
  • Los Rodriguez
  • Los Rozas
  • Los Urizar
  • Los Aceves
  • Los Mata
  • Los Vélez
  • Los Ruiz
  • Los Becerra. D. Juan Becerra Sarmiento, Hidalgo. Ganó dicha condición en Valladolid en 1558.

Armas y escudo de D. Juan Becerra Sarmiento.

En 1061, Zite Memez y su esposa Gotina hicieron donación de varias heredades al Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos), entre las que figuraban las situadas en el lugar de "Arniellas" (despoblado de Arnillas, del término de Baltanás).

  • En 1081, García Gundisalbiz y su esposa Eldoara ceden a dicho Monasterio de San Pedro de Cardeña un solar en "Arniellas" y el Monasterio de "Valle viride" (Valverde, del término de Baltanás) .
  • En 1155, el Conde Don Gonzalo de Marañón, por orden del Rey Don Alfonso VII, hizo el deslinde municipal de los Concejos de Baltanás, Palenzuela, Royuela y Antigüedad .
  • En 1442, por resolución arbitral, se ordenó que Gutierre Fernández de Arenas dejase a la villa de Baltanás el señorío que pudo pertenecerle en los lugares de Terrados y Villalba, del Alfoz de Baltanás, así como otros derechos o títulos que poseyera. A cambio de esto, el Concejo de Baltanás quedó obligado a indemnizar a Gutierre Fernández de Arenas con la cantidad de 75.000 maravedíes y a nombrarle Alcalde perpetuo de la villa baltanasiega
  • Los Pedrosa
  • Los Salas. Del primer miembro de la familia del que se tiene conocimiento de haber vivido en Baltanás es D. Garcia de Salas Delgado, era el año 1598. Su hijo Francisco de Salas casó en Baltanás con Francisca Maté, el 25 de enero de 1620 y tuvieron un hijo, Francisco. D. Amado Salas Medina-Rosales, fue Presidente de la Audiencia de Cáceres y Burgos, casado con Dª Elena Jalón, de Baltanás. El hijo de Pablo Salas Quevedo, Pedro casó con Amada Jalón, de Baltanás. En Dueñas vivió su hijo Remigio y su nieta Amada, regenta la Bodega familiar “Remigio Salas Jalón” y es Presidenta de la Fundación Pedro Monedero, de Cevico de la Torre.
Armás y escudo de los Salas.
  • Los Rozas
  • Los Rodriguez
  • Los Villoldo
  • Los Calvo . Se establecieron en Baltanás a finales del siglo XVIII. Juan Calvo Caballero, nacido en Baltanás, hijo de Juan Calvo Ruifernandez y de María Caballero, de Villaconancio, probó su hidalguia en Valladolid en 1763. Entre sus descendientes tuvo a Juan Calvo Ruiperez de la Cantera, Caballero de la Orden de Calatrava.

Armas y escudo de los Calvo.

  • Los Diez
  • Los Pérez

Obispos nacidos en Baltanas

  • D. Diego Pérez de Osma. Murió el año 1207, su cuerpo está en Osma y su cabeza se llevó a Malaga.
  • D. Josef Garcia, General de la Orden de San Francisco y Obispo de Sigüenza. Siglo XVIII.
  • D. F.R. Obispo de Palencia.
  • D. Sancho de Mata y Aceves, Obispo de Astorga, Murió el 1515.
  • Fray Arsénio del Campo Monasterio.

Abades 

  • D. F. Villafruela, Abad de Hérmedes de Cerrato.

Arcedianos 

  • D. Luis Picado, en Badajoz.
  • D. Manuel de la Cantera, Chantre en Sigüenza.

Provisores 

  • D. Juan de Valverde, en Avila. Siglo XVIII.
  • D. Manuel Izquierdo, en Teruel.
  • D. Lorenzo Calvo, en Cuenca.
  • D. Isidoro Isla.
  • D. Maté, en Zaragoza. Siglo XVIII

Priores 

  • D. Juan Salas, en Palencia.

Canónigos 

  • D. Manuel Ruiz.
  • D. Lorenzo Calvo Ruipez.

Caballeros Cruzados 

  • D. Pedro Ruiz de Mata, 1542. De la Orden de Alcántara.
  • D. Juan Calvo Ruipez, siglo XVIII. De la Orden de Calatrava.
  • D. Cristobal de Mata, 1575. Comendador

Arciprestes 

  • D. Juan y D. Antonio Nieto, siglo XVII.
  • D. Francisco Calvo Ruipez, siglo XVIII.
  • D. Juan Calvo de la Cantera, en Cifuentes, Obispado de Sigüenza. Siglo XVIII.

Inquisidores 

  • D. Pedro Maté Mendoza, en Zaragoza.
  • D. Pedro Maté Salcedo, en Cartagena de Indias (Colombia).
  • D. Lorenzo Calvo de la Cantera, en Llerena (Badajoz), Valladolid y la Suprema. Soglo XVIII.

Comisarios del Santo Oficio 

  • D. Francisco Nuñez de Prada. D. Juan Calvo de la Cantera. D. Josef Sanz Puertas. D. Tomás Diago.

Familiares . Inquisición 

  • D. Andrés y D. Manuel de Ruifernandez, abuelo y nieto. D. Agustin Puertas Núñez y D. Joaquin, su hijo. D. Manuel Gutierrez Calvo. D. José Atienza Mena. D. Josef Tristan Martinez. Todos en el siglo XVIII.

Pilotos Navales 

  • D. Manuel Mate Diago. D. Felix Galán Mate.

Jefes 

  • D. Manuel de la Cantera. D. Juan Calvo Ruipez y D. Manuel de Villafruela.
  • Andrés de Miranda y de Toro.

Hijo de Manuel de Miranda y Manuela de Toro, vecinos de Baltanás, bautizado en la parroquia de San Millán en 1703, se alistó en la Marina y sirvió al rey durante doce años y terminó como ermitaño, con el nombre de Andrés de San Antonio Abad. Murió el 10 de junio de 1763, en el Hospital del cardenal, en Cordoba.

  • Antonio Caballero González.

Hijo de Pedro Caballero y María Gonzalez, naturales de Baltanás, que cursando estudios en Salamanca, dejando todo, vistió el hábito de franciscano descalzo en el convento del Calvario, a los 17 años de edad, con el nombre de Fray Antonio de Santa María. Fue un gran predicador y marchó a predicar a Filipinas, cuidando a leprosos. Pasó más tarde a China, donde extendió la fe católica. Se caracterizó por ser un gran escritor. Trató con la V. María Magdalena de la Cruz, natural de Pinto, fundadora de las Clarisas de Manila. Se le despacharon Bulas pontificias de Prefecto apostólico de las misiones de China, dejando huella de su trabajo en Asía, como recuerdo de España. Murió en en Cantón a la edad de 67 años, el 13 de mayo de 1669, donde fue enterrado.

La historia de Baltanás está salpicada de personajes que han dejado su impronta en la villa, y de cuya existencia y linajes dan cuenta todavía hoy sus calles y fachadas. 

Una de las más interesantes es la iniciada por Juan Vélez Martínez de la Rabia, natural del Tejo en el valle de Valdaliga, en la Asturias de Santander, quien nació sobre el año de 1569 y fue relator de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid y del Juzgado de Vizcaya.


Su vinculación con la villa viene porque fue esposo de Francisca Dorantes Díaz de Pedrosa, bautizada en Baltanás el 15 de febrero de 1574 y casada en la catedral de Valladolid en 1594. 

Esta era hija de Francisco Dorantes Calderón y Catalina Díaz de Pedrosa; él bedel de la Universidad de Valladolid e hijo de Gaspar Dorantes y Salinas y de Francisca Calderón.

La llegada a Baltanás de la familia Dorantes Calderón vino motivada por ser Gaspar administrador de la casa de Pedro de Zúñiga Dorantes -señor de Aguilafuente y Castroverde, e hijo de Álvaro de Zúñiga, segundo duque de Béjar del Castañar- y de Catalina Dorantes, más tarde reconocido y heredero de Álvaro, por lo que la relación familiar con el mas tarde nombrado marqués de Aguilafuente y señor de Baltanás serían cercanas y familiares.

Catalina Díaz de Pedrosa, a su vez, era hija de Juan Alonso de Reinoso y de María Díaz de Pedrosa, y era la tercera nieta del escudero de Baltanás, Alfonso Díaz de Baltanás.

El caso es que Juan Vélez, sintiéndose enfermo, dictó junto a su esposa testamento el 18 de noviembre de 1608 en Valladolid, en el que pedía ser enterrado en Baltanás, junto a la sepultura de Juan de Pedrosa. 

La magnifica carta de hidalguía de este último se encuentra en el Museo del Cerrato. Ese testamento es importante para la historia de Baltanás. En él se incluyen diversas mandas entre ellas, 12 misas rezadas en la iglesia de San Millán por el alma de Alonso Anaya Pereira, presidente de la Chancillería, miembro del consejo de su majestad y canónigo de la catedral de Toledo, del que Pedro Vélez, hermano de Juan, fue su secretario particular.

Dejó por curador de sus hijos menores Bartolomé, Juan y Catalina Vélez Dorantes, a su madre Francisca, y pidió que se cobraran diversas deudas de algunos vecinos. También nombra por testamentarios a su suegro Francisco, a Francisca Dorantes y a su hermano Pedro Vélez, estableciendo un mayorazgo en su hijo mayor Bartolomé y señalando diversos bienes.

Uno de sus mandatos más curiosos fue «el derecho que tiene contra todos los vecinos que al presente y de aquí en adelante hubiere en el arrabal de la dicha villa de Baltanás que es una gallina (al año) sobre cada casa de la que al presente hay edificadas y de aquí en adelante se edificaren».

Armas de un Obispo - En la fachada del antiguo Hospital de Santo Tomás - Fundación de Dª Plácida Solorzanos.

La última voluntad de Juan Vélez incluía también el patronazgo de la capellanía que fundó Inés de Reinoso, tía de Francisca, en la iglesia de Nª Srª de Revilla; tierras en los pagos de Las Calzada, Molino derribado, Las Suertes, Puertas del Arriero, Pucedil, El Pozo de la Aldea y San Román; un juro de 10.000 maravedíes anuales en las alcabalas de Palencia y un censo de 28.900 maravedíes sobre el Marqués de Aguilafuente.

En ese testamento es donde se dicta que si fallecen sus hijos deben suceder en el mayorazgo primero Pedro Vélez y, después, Gonzalo Vélez, sus hermanos; «pero tendrán mis sucesores que usar los apellidos Vélez Dorantes así como las armas». De esta forma, queda definido que «por los Vélez, en un escudo una cruz vana con cabezas volteadas, colorada, en campo de plata; y por los Dorantes, un escudo con una torre fuerte en campo verde, arrimada a ella una escala y encima un brazo levantando una espada desnuda y un letrero alrededor que dice: Quien no se les fuerza a subir vive para morir, domine ad jubame».

Los escuderos de Baltanás traen en campo rojo cinco castillos de oro. Estos, con ligeras modificaciones, son los que tiene la villa en estos momentos. 

Por otro lado, las de los Vélez Dorante, que están en el escudo principal de la Casa Palacio, construida por Joaquín Vélez y hoy Museo del Cerrato, tiene por primer cuartel el de los Rodríguez: En campo de oro cinco barras de gules.


Escudo de los Velez.

El escudo descrito se encuentra en el centro de la fachada del Museo del Cerrato, tiene por soportes dos leones acolados y otros elementos de la heráldica, así como una corona que para nada se corresponde a una heráldica de hidalguía, pues las coronas representan títulos del Reino (duque, marqués, conde etc.). En este caso debería llevar un yelmo como personaje hidalgo.

El escudo de la derecha, medio cortado y partido, representa a un hidalgo (tiene Yelmo) y acolados gallardetes y tambores que representan a un militar. En la familia Joaquín Vélez, su abuelo paterno fue Antonio Vélez Dorantes y Mata, que en 1694 era alférez en los ejércitos de Cataluña y África a las órdenes del Maestre de Campo Tomás de los Cobos.

En el primer campo, de oro, aparece un león rampante y coronado de gules, por el apellido Pérez. En el segundo campo, también de oro, una mata de encina y una cabra negra levantada, por el apellido Mata. Finalmente, en el tercer campo, de gules, trece roeles en oro seis, uno, seis, representando el apellido Sarmiento.

El escudo de la izquierda guarda relación con un eclesiástico por el morrión y los cordones episcopales, que podría representar las armas de Luis Picado, canónigo de la catedral de Badajoz y Arcediano de Jerez de los Caballeros, si no fue nombrado obispo por Felipe II fue debido a su muerte en 1606.

Otros familiares de Joaquín que fueron eclesiásticos, fueron el hermano del Obispo de Astorga, Sancho de Mata y Acebes; Francisco de Mata, canónigo de Astorga y más tarde lo fue de la catedral de Sevilla. Sobrino de los anteriores fue Francisco de Mata y Sotomayor, canónigo, tesorero y teniente del deán de Astorga y firmante, en 1558, junto a Gaspar Becerra, del magnífico altar mayor de dicha catedral.

En las claves de la bóveda de la capilla de San Bartolomé de la catedral de Astorga, tiene el escudo del obispo Sancho de Mata (fallecido el 21 de enero de 1515). El cuarto cuartel tiene las armas de Baltanás, correspondiente a uno de sus apellidos.

Armas y escudo del apellido Baltanás.

  • D. Juan Roiz de Colmenares, Comendador.
  • El Gran Maestre de la Orden de Santiago.

En 1352, la villa de Baltanás -en lo civil- se hallaba formando parte de la Merindad de Cerrato y pertenecía al Maestre de Santiago. 

Además, allí tenían vasallos la Orden de San Juan, Juan Rodríguez de Sandoval y otros que se llamaban "Escuderos de Baltanás". 

En 1543, Baltanás fue desmembrada de la Encomienda de Castroverde de Cerrato, de la Orden de Santiago.

  • Después, lo fue del Duque del Infantado y de los Calvo, que lo vendieron al Marqués de Aguilafuente y fueron Inquisidores Generales en el reinado de Don Felipe II
  • D. Juan Rodriguez de Sandoval. Escudero de Baltanás.

En dicha época, Valverde era lugar solariego perteneciente a Juan Rodríguez de Sandoval; Villalba (entonces, yermo) era lugar de behetría del citado Juan Rodríguez de Sandoval.

Terrados también era lugar de behetría de Juan Rodríguez de Sandoval, siendo señores naturales el mencionado Juan Rodríguez de Sandoval y los de Aza (Haza). Los tres citados lugares medievales se encontraban situados, también, en la Merindad de Cerrato .

  • D. Alfonso Martinez, Escribano público.
  • D. Pedro de Zuñiga.

Marques de Aguilafuente y Castroverde, era hijo de D. Alvaro de Zúñiga, II Duque de Bejar, Conde de Ledesma, de Plasencia y de Bañares, Justicia Mayor y Contador Mayor de Castilla y de Dª Catalina Dorantes. Pedro de Zúñiga casó con Dª Teresa de Zúñiga, hija de D. Francisco de Zúñiga y Avellaneda, III Conde de Miranda, Señor de Avellaneda y de María Enriquez de Cárdenas. De este enlace nacieron D. Pedro de Zuñiga y Avellaneda, Dª Teresa, Condesa de Siruela y Dª María.

  • El Principe Felipe en nombre de su padre el Emperador Carlos, firmó en Valladolid la carta de venta de la villa de Baltanás, del Duque del Infantado y de los Calvo, que lo vendieron con su jurisdicción, señorio, vasallaje, renta, pechos, derechos y el castillo, el 21 de septiembre de 1543, en favor de D. Pedro de Zúñiga, Conde de Aguilar y Señor de los Cameros. Familia muy poderosa descendiente de Navarra, del Valle de Stúñiga. La cantidad pagada por la venta de Baltanás fue de 7.740 maravedies por 296 vasallos, 202.291 maravedies por el castillo y cercas, 92.400 maravedies por el derecho de pedido, 349.292 maravedies por la martiniega, escribanía, alguacilazgo, portazgo y penas, 105.295 maravedies por las tierras que poseía la Orden y Encomienda. Todo ello sumó 493.938 maravedies de vellón. Incluía la venta de Santa María de la Aldea, de Terrados, del Alfoz de Tablada, y la mitad de las aldeas de Fuentecristo y Renedo. Las bodegas y cuevas que había junto al castillo las compró el Marqués a los vecinos de Baltanás al año siguiente, en 1544, en la suma de 62.205 maravedies.

Felipe II concedió el título de Marqués de Aguilafuente a Pedro de Zúñiga en 1572.

Los Marquéses de Aguilafuente fundaron el Convento de San Francisco, bajo la advocación de Santa Ana, el 9 de junio de 1587 y se terminó tres años más tarde.

D. Pedro de Zuñiga murió en 1593 y su mujer en 1597.

Armas y escudo de D. Pedro de Zuñiga.

  • Duque de Abrantes.

Dª Francisca de Zúñiga, Marquesa de Aguilafuente casó con D. Juan de Carvajal y Lancaster, IV Duque de Abrantes, por lo que su hijo D. Manuel Bernardino Antonio de Carvajal y Zúñiga, ostentará los títulos de Duque de Abrantes y Marqués de Aguilafuente, y otros títulos.

Después de pleitear la villa de Baltanás con el Duque - Marqués, ante el Supremo Consejo de Castilla, en 1730, se confirmó la sentencia en 1731. 

Este organismo determinó que había tanteo de la jurisdicción, Señorío y vasallaje, alcabalas, tercias y demás derechos y previo pago en la Depositaria General de San Pablo en Valladolid de 161.586 reales y 14 maravedies de vellón, en monedas de oro y plata, expiró el Señorio y Regalías del Marqués de Aguilafuente en Baltanás. La ejecutoria fue expedida en Madrid, en 30 de octubre de 1781.

Desde 1914 es XX Marqués de Aguilafuente, D. Cristobal Colón de Carvajal y Maroto y Pérez del Pulgar, entre otros títulos, Duque de Veragua, Almirante y Adelantado Mayor de las Indias y Marqués de Jamaica.

Armas y escudo de los Duques de Abrantes.

  • Don Atanasio Nieto, Presbítero, en 1750 era el Cura Teniente más antiguo en la Iglesia Parroquial.
  • Don Francisco Javier Aguado Pardo y Manuel de Ruifernández, autoridades civiles de la villa baltanasiega eran Alcaldes Ordinarios por ambos estados en 1750 (noble y general).
  • En 1802, era dueño y Señor del "orrio" de Terrados, Don Antonio Calvo de la Cantera, vecino de la villa de Baltanás.
  • D. Cristobal de Benavente y Benavides, fue el I Conde de Fontanar, por nombramiento del Rey Felipe IV, el 17 de febrero de 1645. D. Cristobal de Benavente era Embajador en Francia y Mayordomo Mayor de D. Juan de Austria, descendiente de la Casa Condal de Benavente a la que estaba unido el Condado de Fontanar por herencia.

Armas y escudo de los Condes de Fontanar.

  • Duquesa de Alba

_________________________________________________________

INDICE ALFABÉTICO DE APELLIDOS ILUSTRES

A

Aguado

Atienza

Aceves

Arredondo

Alejo

Alvarez

Antonio

Arnaiz

Alonso

Arenas

Aza

B

Baranda

Benavente

Benavides

Becerra

C

Calleja

Casado

Calvo

Cantera

Cantarero

Cabezudo

Campoó - Campo

Carvajal

Caballero

Calderón

Colón

D

Diez

Diago

E

Espina

F

Fernandez

G

Garcia

Gutierrez

Gonzalez

Galán

Guijas

Garzón

Gundisalbiz

H

Herrero

I

Izquierdo

Isla

L

Lancaster

M

Maté

Mateo

Martinez

Mata

Marañón

Monasterio

Moreno

Mendoza

Mena

Memez

Minguez

Miranda

N

Nieto

Nuñez

P

Pardo

Pascual

Picado

Prado

Puertas

Pedrosa

Pérez

R

Redondo

Rodriguez

Rozas

Ruiperez

Ruifernandez

Ruiz

S

Saenz

Salas

Salinas

Salcedo

Sarmiento

Sanz

Sardón

T

Tapia

Toro

Tristan

U

Urizar

V

Valverde

Velez

Vicario

Villafruela

Villoldo

Z

Zamora

Zeballos

_________________________


* Marqués de Pico Velasco

Relación con la familia de los Jubete, los Velasco y los Franco (Alfredo y Fernando) de Baltanás 

             FIN   

    
     El autor del artículo 
      German López Bravo

    Comentarios

    Entradas populares de este blog

    “LA CASA DEL CORDÓN” UN EDIFICIO HISTÓRICO EN VALDECAÑAS DE CERRATO, DEL QUE TENEMOS QUE SENTIRNOS ORGULLOSOS

    HISTORIA GENERAL DE VALDECAÑAS DE CERRATO - LA ANTIGUA VAL DE CANNAS

    GERMÁN LÓPEZ BRAVO - PINTOR - GALERIA VIRTUAL - DIBUJAR TAMBIÉN ES PINTAR