LOS VACCEOS EN PALENCIA Y EL CERRATO
LOS VACCEOS EN PALENCIA Y EL CERRATO

Ciudades vacceas importantes | ||
---|---|---|
Intercatia, Pintia, Amallobriga,Tela, Pallantia, Helmántica, Bargiacis, Viminacium, Porta, Augusta, Autraca, Lacobriga, Avia, Segontia, Paramica, Gella, Albocela, Rauda, Segisama Julia, Eldana, Cougium, Cauca, Octodurum, Sentica, Sarabris y Ocalam. ![]() |
Ocupaban la totalidad de la provincia de Valladolid y parte de las de León, Palencia, Burgos, Segovia, Avila, Salamanca y Zamora.
Actualmente sus fronteras son difíciles de precisar, ya que variaron a través del tiempo. A la llegada de los romanos, los ríos Cea y Esla los separaban de los astures por el noroeste, mientras que la línea que se puede trazar entre los ríos Esla y Pisuerga al norte de Carrión de los Condes sería la frontera con los cántabros.
Al este, los ríos Pisuerga y Arlanza, en el Cerrato, marcaban el límite con los turmogos (Clunia, la actual Coruña del Conde ya pertenecía a los arévacos, mientras que Rauda (Roa) era vaccea.
Pallantia
La villa recibía el nombre de Pallantia, de la que llegaron a hablar las escrituras romanas puesto que ofreció una gran resistencia a ser conquistada.
Tras la refundación de la villa y ya en plena Edad Media, la villa cobra gran importancia y contando con un importante alfoz y fueros dotados por el Conde Sancho el de los Fueros.
Su ubicación en los límites del Condado de Castilla y más tarde Reino de Castilla, así como su posición privilegiada, rodeada por un cerro y los ríos Arlanza y Arlanzón, hicieron de la villa una de las más codiciadas por condes y señores, llegando a ser propiedad de los almirantes de Castilla. Cabecera de la Merindad de Cerrato.
Se celebraron Cortes bajo el reinado de Juan II y la villa participó en numerosas contiendas e intrigas políticas llegando a ser moneda de cambio entre contendientes.
Palenzuela tuvo una de las juderías más importantes de la provincia de Palencia y todavía puede contemplarse, hoy conocida como Barrio Nuevo.
Palenzuela es uno de los 24 municipios españoles en los que pernoctó el emperador Carlos I de España en su último viaje con destino al Monasterio de Yuste (Cáceres).
Hoy forma parte del proyecto común de esos municipios denominado Ruta de Carlos V.
Pallantia, castro arévaco de la Celtiberia, en la Hispania pre romana que aparece nombrado en escritos romanos puesto que ofreció una gran resistencia a ser conquistada.
Todo apunta a que estaba poblado por arévacos en zona de frontera con los pueblos vacceos. Se la identifica habitualmente con el municipio palentino de Palenzuela.
Más al sur, ya en las provincias de Soria y Segovia, los arévacos eran su vecinos y aliados.
Por el sur y sudoeste la frontera con los vetones resulta más difícil de precisar (tal vez la zona de los ríos Trabancos/Guareña). Se sabe que los vacceos poblaron localidades como Padilla de Duero, Cuéllar (¿Calenda?), Cauca (Coca), Nivaria (¿Matapozuelos?), Tordesillas, , Arbucala (Toro), Paredes de Nava y Palenzuela en la provincia de Palencia.
En la foto, zona donde estuvo ubicado el castro vacceo de Pallantia, en Palenzuela

Es improbable que los vacceos llegaran a tomar contacto con los lusitanos al oeste de la provincia de Zamora.
La cultura de la Edad del Bronce y la conquista romana de la meseta
En este dilatado marco temporal que abarca la casi totalidad del primer milenio previo al cambio de Era, se operan importantes transformaciones sociales y económicas (urbanismo, implantación de la metalurgia del hierro, adopción del torno alfarero, etc), cuya responsabilidad cabe atribuir, al menos para un momento avanzado del mismo, a grupos humanos concretos, con nombres propios.
Los vacceos fueron una de las etnias prerromanas que habitaron el territorio central de la cuenca del Duero.
En el año 178 a. C. el pretor Lucio Postumio Albino celebra su triunfo tras la conquista de los vacceos y lusitanos durante su mandato en la provincia de Hispania Ulterior. Aun así se tardó en pacificar el territorio definitivamente.
Los vacceos fueron sometidos en una serie de campañas entre los años 73 y 56 a. C., dirigidas por Pompeyo y Quinto Cecilio Metelo Pío, y entraron a formar parte de la Hispania Citerior. Pero siguió habiendo conflictos con los vacceos que no acabaron definitivamente hasta la guerra del 29 a. C., cuando los romanos inician la campaña que dio lugar a las guerras cántabras y la romanización total de la península ibérica.
Los vacceos no sólo eran buenos jinetes, sino también infantes excelentes por su empuje y su resistencia.
Llevaban capas negras y ásperas, de una lana parecida a la de las cabras salvajes. Se armaban con escudos galos, otros, en cambio, llevan grandes escudos redondos del tamaño del aspis griego.
En sus piernas y espinillas trenzaban bandas de pelo, y cubren sus cabezas con cascos de bronce adornados con crestas de color escarlata. Usan también espadas de dos filos, forjadas con excelente hierro, y puñales de un palmo de longitud, de los cuales se sirven en los combates cuerpo a cuerpo. Combatían a pie y a caballo.
Empuñadura de espada
HISTORIA DE INTERCATIA
Algunas ciudades como Intercatia pasaron a la historia por su encarnizada resistencia vaccea ante el ataque de las legiones de Roma.
Como consecuencia de las menciones hechas por geógrafos e historiadores clásicos tales como Ptolomeo, Estrabón, o Abraham Ortelius, que llegaron a proporcionar las coordenadas de su emplazamiento (41º50’ de latitud norte, y 10º15’ longitud este) muchos historiadores antiguos situaron a la ciudad vaccea de Intercatia en el solar cercano a la actual localidad de Villalpando (Zamora-España).
Otros historiadores ubicaron Intercatia en las poblaciones de Aguilar de Campos (Valladolid), Tapioles-Cerecinos de Campos (Zamora), Montealegre de Campos (Valladolid) o, incluso, Fuentes de Nava (por los numerosos castros que rodean la población).
Sin embargo últimamente toma más vigencia la hipótesis de que Intercatia se corresponda con Paredes de Nava (Palencia); hay que tener en cuenta que en la Paredes de Nava se encontró una Tesera de Hospitalidad entre la ciudad de Intercatia y la civitas palentina.
Tésera (del latín tessera) es una pieza elaborada en materiales como la madera o el marfil, pero más generalmente en metal (hierro y bronce). Tenían formas y perfiles variados, aunque lo más común era en plancha laminada y estaban inscritas por una, dos o más caras. Fueron usadas por los pueblos antiguos como contraseña, distinción honorífica, prenda de un pacto, sello de amistad, reparto de tierras, contrato, derechos reconocidos, derechos o prestaciones y permisos de paso o pastoreo, etcétera.
Intercatia irrumpe en la historia como consecuencia de la campaña del general romano Lucio Licinio Lúculo contra los vacceos en el año 151 a. C., campaña que vino dada como consecuencia de la decisión tomada por el Senado Romano de ampliar la influencia de Roma más allá de las recién conquistadas tierras ibéricas de la zona este peninsular.
Después de la toma de Cauca y de pasar a cuchillo a la inmensa mayoría de sus habitantes tras un falso pacto, Lúculo se dirigió a la ciudad de Intercatia en la que, según el historiador romano Apiano, debieron de reunirse unos 20 000 hombres de a pie y unos 2000 jinetes, lo que nos da una muestra de la magnitud de esta ciudad prerromana, a pesar de las exageraciones a las que son tan aficionados los historiadores antiguos.
La ciudad fue sitiada, según Wattemberg, por espacio de dos meses durante los cuales el ejército romano (unos 25.000 hombres) sufrió múltiples penalidades como consecuencia del agotamiento de las provisiones recogidas en Cauca, contraataques de la temible caballería vaccea y desmoralizadoras escaramuzas, como, por ejemplo, el episodio en el que tras romper la muralla de la ciudad el ejército romano penetra por la brecha pereciendo ahogados varios centenares de asaltantes que, desconocedores del terreno, caen en el interior de una laguna (Apiano textualmente habla de “una cisterna”).
Lúculo debió de darse cuenta de que no estaba preparado para mantener un asedio por más tiempo y pactó con los de Intercatia, levantar el cerco a cambio de ganado, cincuenta rehenes y un número respetable de “sagos”.
Los tiempos de independencia y libertad terminaron para Intercatia como consecuencia de la campaña de Publio Cornelio Escipión Emiliano, en el año 134 a. C.
Si bien esta campaña no se dirigió de forma directa contra la misma, las consecuencias que trajo la caída de Numancia serían decisivas para su sometimiento.
Ya dentro de la órbita del Imperio romano, Intercatia vuelve a ser citada en el Itinerario de Antonino, justamente en la ruta que va desde Asturica Augusta (Astorga) a Rauda-Clunia (Roa de Duero-Coruña del Conde), ruta que se alarga después a Caesar Augusta (Zaragoza). También es citada en el Mapamundi de Castorius o “Tabula Peutingeriana”, del siglo IV d. C.
En el verano de 2015 se han encontrado restos de un muro y varias casas en Paredes de Nava (Palencia).
Yacimiento vacceo en Paredes de Nava
En Paredes de Nava, en el pago conocido como "La Ciudad", se descubre en superficie un yacimiento arqueológico muy extenso y que desde finales del siglo XIX ha proporcionado un elevado número de restos interesantes que llevaron a D. Gratiniano Nieto a realizar excavaciones arqueológicas a mediados del siglo XX.
La zona en la que estaba emplazado este poblado, conocida como Intercatia o La Ciudad, llegó a extenderse más de cincuenta hectáreas y estaba protegida por un imponente sistema defensivo con doble muralla precedido de tres fosos.
En lo alto del páramo, a kilómetro y medio al este de la localidad y bajo varios metros de tierra se esconden los vestigios de una antigua población vaccea que se remonta a la Segunda Edad del Hierro, comprendida entre los siglos V y I antes de Cristo.
Hace unos años se hablaba de ellos como un pueblo de origen celta, perteneciente al grupo de los belóvacos, quienes habrían partido desde el norte de Europa en torno al año 600 a. C. junto a otros pueblos del grupo celta de los belgas, a consecuencia de las presiones ejercidas por los pueblos germanos, alcanzando las tierras del interior peninsular en la primera mitad del siglo VI a. C., junto a otros pueblos como los arévacos (nombre que no significa otra cosa que vacceos orientales).
Uno de los rasgos más destacados de la organización socioeconómica de los vacceos era la existencia de una importante actividad agrícola cerealista (donde se cultivó fundamentalmente el trigo y la cebada), basada en un régimen de propiedad colectiva.
Este sistema agrícola hizo que la sociedad vaccea se viese libre del mal endémico del momento, el bandolerismo que alcanzó altas cotas entre sus vecinos. Lo que nos pone de relieve la excepcionalidad del pueblo vacceo dentro del conjunto de los pueblos prerromanos de la meseta durante la Edad de Hierro.
CULTURA
En el estudio de los yacimientos se encuentran elementos propios de la cultura vaccea sobre los restos de culturas anteriores (como en el caso del Soto de Medinilla, en Valladolid), donde existen evidencias de poblamiento desde el Neolítico hasta la II Edad de Hierro, (es decir, el periodo vacceo), lo que permite estudiar con cierto detalle la evolución de los grupos humanos de esta zona de la meseta, dando paso a la teoría evolutiva de esta civilización.
El hecho es que a pesar de la dureza del clima continental castellano, los vacceos lograron domeñar el territorio y adaptarse a los elementos construyendo legendarias ciudades-estado.
Ciudades-estado que parece obtienen su poderío gracias al dominio del pueblo vacceo de la agricultura y la ganadería, bases de su economía, lo que les permitía generar excedentes suficientes para sostener su población y comerciar con otros pueblos.
Tanto es así que los propios romanos señalaron a la agricultura y ganadería vaccea (que se cree era del tipo comunal), como la más adelantada de los pobladores de la península.
La valoración de los aspectos culturales relacionados con el sur de España, apenas han sido tenidos en cuenta en las primeras investigaciones, así como los datos que aportan los estudios realizados sobre la ruta interior del estaño.
Esta vía coincidiría con la que posteriormente sería utilizada por la Antigua Roma y conocida como Vía de la Plata. El tránsito durante siglos de esta vía puso en contacto a los pueblos del interior con los más evolucionados del sur de España.
Enseres vacceos
Por otro lado, nos han llegado muestras de su desarrollo social y de la calidad de vida que mantuvieron, de la que son muestras los sonajeros, canicas y dados que han aparecido.
Sus viviendas estaban generalmente construidas con adobes revocados con un manteado de barro, comprendían planta rectangular, donde se encontraba la estancia principal, con bancos corridos adosados a las paredes.
Los albores de la historia en la meseta castellana

Comentarios
Publicar un comentario