CERRATEANDO - SOBRE LA FIESTA DE SAN ANTON - LAS FIESTAS DE LA COSECHA Y LA MATANZA

FIESTA DE SAN ANTON



Queridos paisanos, mi mujer, María Concepción Espina, una baltanasiega de los pies a la cabeza, me ha contado ésta tradición que se producía durante su niñez y yo trato de narrarla como ella me lo ha contado.

Ella comenzó ...

Echando la vista atrás, me vienen a la memoria recuerdos de mi niñez, cuando era muy feliz correteando y viviendo en mi querido Baltanás, junto a mis padres, mis hermanos, mi familia, mis amigos, cuando por la edad disfrutaba de todo, por pequeño que ello fuera. 

Eramos chigüitos y teníamos un futuro por delante, una vida por vivir.

Ahora me viene el recuerdo de una tradición, que con el paso del tiempo se ha perdido, pero que recuerdo con gran nitidez, era la fiesta de San Antón, santo patrón de los animales.



San Antón con el "chon"


Ese día, todos los niños salíamos de la escuela y corriendo subíamos a la ermita de Nuestra Señora de Revilla, para celebrar el ritual tradicional de "besar el culo al lechón" que esta en la parte de abajo del altar de San Antonio, siempre bajo la atenta mirada y autorización de la señora Vicenta, la sacristana, que nos abría la iglesia para la ocasión, como cada año.

No se si "dar el beso" a un lechón en un recinto sagrado, era lo más religioso, pero esa era la costumbre tradicional baltanasiega y la relación entre los niños del pueblo y el San Antón, al que veneraban.

Después del "beso", nos íbamos a las eras, cada chigüito llevaba una naranja y nos disponíamos a rodarla repetidas veces, hasta que se "arpaba", osea, que se abría.

Con todo el frio que hacia habitualmente en esas fechas de enero, teníamos las manos llenas de sabañones, pero en aquella edad no importaba demasiado, lo importante era disfrutar jugando.

Después nos comíamos la "sufrida" naranja. 

Algunas veces nos tocaba llevar una naranja "navel", las menos, pues eran caras y el dinero no sobraba en casa, otras, la mayoría, nos tocaba jugar con aquellas naranjas de zumo rojo, "sanguinas", que nosotros las llamábamos de "vino", que eran más ácidas, pero nos las comíamos encantados, como chigüitos que éramos.



Ermita de la Virgen de Revilla


Que tiempos aquellos. Es una lástima que muchas de las tradiciones como esta y otras, se hayan perdido, lo cual nos lleva a pensar en la posibilidad de recuperarlas, de recuperar una parte de las vivencias que existían en el pueblo. 

Sería importante sopesarlo, para que nuestros hijos y nietos pudieran disfrutar también de estos singulares episodios que se quiera o no, pertenecen a nuestras particulares vidas y recuerdos.


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Refiriéndome a las fiestas que se celebraban en Baltanás y su pedanía, Valdecañas de Cerrato, hoy quiero proponer dos proyectos festivos.

Fiesta de la "COSECHA", en verano.

Fiesta de la "MATANZA", en invierno.

Estos dos acontecimientos, tan tradicionales en nuestros pueblos cerrateños, se podían institucionalizar y celebrarlos en Baltanás o/y Valdecañas de Cerrato.


FIESTA DE LA COSECHA


La primera resumiendo todas las labores de la cosecha, resumidas en una era con caseta, donde se pueda observar las diferentes labores y aperos de labranza.

La Fiesta de la Cosecha, que se realiza desde la época incaica para dar gracias a los dioses por los alimentos recibidos de la cosecha -que garantizaba durante un año el alimento- hace de esta celebración una de las más longevas de la humanidad.


Había creencia sobre la existencia del espíritu del trigo, se realizaba un muñeco con la última gavilla de trigo, este muñeco era elevado y llevado a las fiestas con gran ceremonia.


Pensando que el espíritu permanecía dentro, al término de las celebraciones era depositado en la casa de labor hasta la celebración el año siguiente.





 Siega


Acarreo


Trilla


Bielda

Una caseta donde se vean los aperos de las caballerías y otros utensilios.


FIESTA DE LA MATANZA





La segunda, la "matanza" a  la vieja usanza. Una fiesta que podría ser solidaria, subastando partes del "marrano", que se podría hacer por ejemplo en el "depósito", exponiendo en el mismo, los utensilios que se utilizaban para la matanza antaño.

La matanza del cerdo es un procedimiento habitual de sacrificio de uno o varios cerdos con el objetivo de aprovechar su carne y a menudo para proporcionar embutidos durante un año para la alimentación de una familia. 

Además se sacaba manteca para usarla durante varios meses.​ 

Se trata de una costumbre popular de diversos países europeos, generalizada desde tiempos remotos y realizada de forma artesanal, con diversas peculiaridades en función del lugar en que se celebra. 

Se efectúa una vez al año, generalmente coincidiendo con los meses más fríos del invierno. Suele tener un lado festivo y de celebración, además del económico.




La matanza



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Estas faenas que tanto arraigo han tenido en Baltanás y pueblos de alrededor, convendría recuperarlas con representaciones en vivo, con voluntarios y maquinas y aperos auténticos, de antaño.

Las nuevos generaciones tendrían así la oportunidad de revivir y descubrir en vivo y en directo, unas actividades que en la actualidad van quedando solo en el recuerdo de los mayores.


FIN



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