CERRATEANDO - HISTORIA Y RECUERDOS DE BALTANÁS - SOBRE LAS IGLESIAS Y ERMITAS EN 1750
HISTORIA Y RECUERDOS DE BALTANÁS
VALTANÁS EN EL SIGLO XVIII
HISTORIA Y RECUERDOS DE BALTANÁS SOBRE LAS IGLESIAS Y ERMITAS EN 1750

En el distrito de poco más de una legua, en Valtanás, después Baltanás, los "valtanasenses - baltanasiegos", han estado venerando y dando culto en siete iglesias, seis parroquiales y un convento, San Francisco, al Santísimo Sacramento del Altar.
En ellas mismas y en catorce ermitas a varios Santos, a saber :
IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MILLÁN
En Valtanás, después Baltanás, se rendía culto a San Millan, (San Emillianus, San Emiliano) en la parroquia, que tenía una primorosa y alta torre de piedra, con chapitel de pizarra, hoy desaparecido, seis campanas y una esquila, la parroquia titulada de San Millán, su patrono y de las Españas.

Torre con el chapitel, hoy desaparecido.

Oglesia Parroquial de Baltanás
La actual iglesia Parroquial de San Millán, de empaque catedralicio, quizá esté edificada sobre el mismo solar que la anterior de la misma advocación y en su construcción se haya empleado, tal vez, la piedra sillar procedente del desaparecido castillo medieval cercano.
La advocación a San Millán, cuyo nombre se deriva de Sanctus Aemilianus, San Emiliano, puede remontarse a los siglos X o XI.
En 1585, este monumento de estilo renacentista que está localizado en la parte más alta de la localidad, fue subastada la obra de construcción de la Iglesia Parroquial de San Millán, siendo rematada esta obra por Francisco de Rio, maestro de cantería, de la Merindad de Trasmiera, dicho remate era conforme a una traza y condiciones de Alonso de Tolosa.
Uno de los iconos representativos de la iglesia es su robusta torre que alberga las campanas y un reloj. El interior está dividido en tres naves separadas por pilares de los que arrancan arcos apuntados, cubriéndose toda la iglesia con bóveda de crucería. El coro alto se sitúa a los pies y posee un rico antepecho plateresco. El retablo mayor de estilo barroco y realizado en 1664, cuenta con escultura de San Millán (titular del templo), un crucifijo del siglo XIV en el ático y pinturas representando escenas de la vida del santo, obra del pintor Felipe Gil de Mena.
Otras de las obras de arte que alberga el templo son, un pequeño retablo del siglo XVIII con relieves y esculturas marianas, dos sepulcros de estilo gótico ubicados en los laterales de la iglesia y una imagen del Ecce Homo de Gregorio Fernández.

Organo.

Interior de la Iglesia Parroquial de San Millán.
Además, en la iglesia hay un impresionante órgano de estilo plateresco, construido en 1795 por Manuel de San Juan, ubicado en la tribuna, al lado del Evangelio accediendo a él a través del coro alto, con tallas doradas y policromía de gran belleza, antepecho de piedra.
Por haber experimentado su auxilio en la expulsión de los moros, a San Millán, le pagaron voto como a Santiago y deben tributarles cultos, por haber nacido en su suelo y sido el primero que plantó la regla de San Benito en ellas, enseñado y edificado con el buen ejemplo de sus vida centenaria a su tierra la Rioja, consagrado con el ejercicio de su mortificación y virtudes en los montes Distercios, encinas, soledades y alturas que habitó por más de cuarenta años, se hizo terrible a los Demonios, agradable a Dios, subió a los grados de perfección, que lo distinguen por uno de los mayores Santos de la nación española, verdaderamente venturosa por tal hijo.

San Millán
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE REVILLA
La ermita de Nuestra Señora de Revilla que data de los siglos XVII - XVIII, se sitúa en un altozano en el barrio de Revilla. Es la iglesia parroquial del barrio del Arrabal o Revilla (segunda villa), de donde procede su nombre. El templo actual se asentó sobre la iglesia medieval de Santa María, mencionada en la estadística que la diócesis de Palencia efectuó en el año 1345.
En 1345, la villa poseía dos templos parroquiales, el de San Millán y el de Santa María.
Nuestra Señora de Revilla, en su iglesia ermita, estaba destinada para decir misa, administrar los Sacramentos y enterrar con comodidad a los de sus arrabales, que separan de sus cercas la canal arroyo del valle y varias huertas.
Tiene su edificio, con dos espadañas, dos campanas y la advocación de Nuestra Señora de Revilla, que venera en el misterio de la huida a Egipto y fué según decían los abuelos, haber oído a sus antepasados, que aparecida en una olma, donde hoy está su iglesia, que venida de Revilla, lugar que está seís leguas más arriba (legua= 4,82 kms), en el arzobispado de Burgos y distante once de Valtanás, intentaron sacarla y llevársela los revillanos, pero no lo permitió la imagen, queriendo quedarse a habitar con los valtanasenses. para siempre.
La planta de la ermita tiene una sola nave. El retablo principal presenta altorrelieves de temas marianos. La escultura más importante es la imagen de la Virgen de Revilla, una talla de belén del siglo XIII considerada la figura de belén más antigua de España, representa la huida a Egipto con la Virgen María y el niño encima de la borriquilla y San José al lado.
Esta escultura fue robada el 9 de septiembre de 1981 por el famoso ladrón europeo de obras de arte del siglo XX, Erik el Belga. Erik vendió la imagen a un primer anticuario por 450 000 pesetas, éste la vendió a un marchante de arte, acabando la imagen en manos de un anticuario francés, donde fue intervenida por la policía española, pero no apareció ni San José ni la borriquilla. Finalmente, la figura fue recuperada en Barcelona el 7 de marzo de 1983. El comisario de policía “baltanasiego” Carlos Lobato, tuvo una muy relevante intervención en la recuperación de la talla.
Por seguridad, la figura original de la Virgen de Revilla se conserva actualmente en el Museo del Cerrato Castellano, en Baltanás y solo vuelve a su ermita en días señalados. La huida a Egipto que se venera actualmente en el templo es una réplica del restaurador burgalés Florentino Lomillo. Además de esta figura, en el templo se conservan otras imágenes de marfil, madera y alabastro, como por ejemplo una pequeña figura de la Virgen de Revilla, tallada en piedra que se encuentra sobre el pórtico de la entrada a la ermita.
Actualmente en esta ermita solo se realizan liturgias en días señalados. Otra de las joyas de la ermita es su órgano que data del año 1796 construido por Manuel de San Juan como se puede ver en la inscripción situada en el arca de tiples figura: "Me hizo Don Manuel de San Juan de Logroño a honra y gloria de Dios. Año 1796". Este órgano de estilo neoclásico se encuentra en la tribuna, al lado del Evangelio, con acceso por el coro alto.

Ermita de la Virgen de Revilla.
En el interior del templo de la Virgen de Revilla se podían ver los votos colgados del techo y paredes, los vecinos agradecidos la han reedificado y adornado con retablos, pinturas, dorados y alhajas, que le hacen uno de los más vistosos y admirables santuarios del Obispado del Cerrato, a donde no solo ellos, sino los de los pueblos cercanos y de otras partes, acuden a pedir todas las necesidades, especialmente en la escasez de agua, que les concede esta Señora aun cuando el tiempo está más seco.

Imagen de la Huida a Egipto, con la Virgen de Revilla
OTRAS IGLESIAS, ABVOCACIONES Y SITUACIÓN
San Miguel, situada a la salida por el norte del pueblo.
San Roque en la primera cima de la cuesta de Zacarías.
San Pelayo, más abajo hacia la cañada.
San Cristóbal en Cerratillo.
Santa Juliana, en Santillana.
Santa Colomba, en la cotarra de las Mochuelas.
En cuyas iglesias hay nueve beneficios patrimoniales, los cinco presbiteriales, tres elevados a la misma categoría desde el año de 1779, con la carga que antes tenían dos de evangelio y dos de epístola, que se reunieron para la elevación, uno de graderías con la de órgano y dos curas que regularmente son dos de sus beneficiados y en cada una había un sacristán con salario y dotación correspondiente.
En el año 1345, existían los siguientes poblados con sus correspondientes templos parroquiales:
Santa María de la Aldea (La Aldea).
San Salvador, templo en la dehesa Valverde. en Penidillo, con “Santoveña”,
Santa Eufemia, en Penidillo, con “Santoveña”.
Santa María, en Arniellas,
Además ...
En Terrados, que era lugar de behetria de Juan Rodriguez de Sandoval, San Miguel, en la Parroquia, San Martín, allí de inmediato; Santiago, en los Llanos; San Pedro, en las Villalvas; San Cristóbal, en su iglesia de Fuentecirio; San Esteban, protomártir en la suya; a un lado San Martín Sabarita y en la cotarra y senda para Fuentemoral, Santiago; en Tablada, a Santa Eulalia de Barcelona y en el convento de los Templarios, cercano a la fuente de La Cobata, en el paraje de Santasantili, a San Alejandro, Evencio, Teódulo y Juvenal.
Conservan aun los de Valtanás, la veneración a dichos Santos, porque en las procesiones de rogativa por los campos, hacen conmemoración de ellos cuando pasan por los sitios enfrente de donde estaban sus iglesias y ermitas y puede decirse, que hoy es mayor su devoción por la que tienen a las imágenes, venerando como veneran además, en los nueve altares de la parroquia de San Millán, las de los Doce Apóstoles, San Gregorio, San Ambrosio, San Juan Nepomuceno, San Pedro Mártir, San Juan Evangelista, la Magdalena, Santa Elena, San Ildefonso y San José.

Altar lateral.

Altar lateral frontal
En seis altares y dos cameras de su ayuda parroquial, los de San Pedro apóstol, San Juan Bautista, Santo Tomás de Aquino, San Buenaventura, San Lorenzo, San Antonio Abad, San Vicente Ferrer, San Pedro de Alcántara, San Enrique, San Roque, San Sebastián, Santa Bárbara, Santa Gertrudis, Santa Rita de Cassia, Santa Lucía, San Miguel, San Gabriel, San Rafael y dos reliquias, una de la cabeza de Santa Flora y otra de un pedazo de la cruz de Cristo, que traía en el pectoral el Reverendísimo e Ilmo. señor don Josef García, General de la Religión Franciscana y obispo de Sigüenza, descendiente de Valtanás.
En 1352, Baltanás pertenecía al Maestre de Santiago y tenía vasallos la Orden de San Juan, Juan Rodriguez de Sandoval y otros, que se llamaban “Escuderos de Baltanás”.
En 1752, la máxima autoridad eclesiástica era don Atanasio Nieto, Presbitero, Cura Teniente más antiguo en la Iglesia parroquial.
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
El convento de San Francisco, fue fundado en 1587 por Pedro de Zúñiga y Ana Enríquez de Cabrera, primeros marqueses de Aguilafuente, dueños de Baltanás, según la carta de venta que el emperador Carlos V firmó en Valladolid el 21 de septiembre de 1543.
Don Pedro de Zúñiga encargó las trazas del edificio y costeó su edificación. Parte de la piedra que se utilizó para levantar el convento procedía de una construcción que se desmanteló en la Dehesa de Valverde.
El convento fue colegio de Filosofía, más tarde casa de Teólogos y en el año 1725, colegio de misión de la Orden Franciscanos Descalzos, con 32 monjes. en advocación a Santa Ana. En 1835, durante La Francesada fue suprimido temporalmente el convento. Con la desamortización de Mendizabal, desapareció definitivamente el convento.
Así que se ve un balcón tendido entre dos contrafuertes o las ventanas domésticas rasgadas en el muro conventual.
La plaza de los Olmos fue una alameda que los frailes plantaron con ochenta árboles traídos de Villaconancio y de Valle de Cerrato. A fines del diecisiete, cuando los árboles ya servían para hacer con ellos buenas vigas de lagar, hubo un ruinoso pleito entre la comunidad y el concejo. Los frailes argumentaban que su fundador había dado al pueblo el cerro del Castillo, donde los vecinos tenían sus bodegas, a cambio de la alameda. Pero entretanto se fue liquidando la arboleda.
Con posterioridad, su edificio se destinó a cárcel y Sala de Audiencias del Partido Judicial de Baltanás y más tarde almacén de cereales.
El conde de Fontanar, actual propietario del edificio, descendiente del Duque de Abrantes, lo compró y restauró y anualmente se realizan conciertos de música clásica en la iglesia del convento.

El edificio gira alrededor del zaguán de entrada, de planta de cruz griega, compuesta por cuatro bóvedas de cañón. Mediante una escalera imperial, se accede a la estancia principal, que contiene una de las obras de arte del convento, un magnifico tondo firmado por Alejandro Ferran y Fischermans, pintor español del siglo XIX, con obras en el Museo del Prado y que pintó entre otras obras la cúpula de la Real Basilica de San Francisco el Grande, en Madrid.

Zaguan de Convento de San Francisco
En los cinco altares del citado convento de San Francisco de Asís, de Santo Domingo de Guzmán y Santa Ana su patrona, San Pedro de Alcántara, San Antonio de Padua, San Pascual Bailón, San Benito de Palermo, San Miguel y Santa Rosa y con especialidad en estas tres iglesias, en cinco Sagrarios.

Convento de San Francisco
Por la parte de levante, está con espadaña y campana y con la advocación de Santa Ana, por haber alargado la vida una ermita que allí tenía de este nombre, la del convento de religiosos franciscanos descalzos, que don Pedro de Zúñiga y su mujer doña Ana Enriquez de Cabrera, Marqueses de Aguilafuente, fundaron el año 1587, para ayuda del pasto espiritual del pueblo a que se creían obligados, por medio de capellanes, y su provincia de San Pablo hizo el de 1725, con bulas apostólicas, casa de misión, de la que son Patronos.
Tienen panteón para enterrarse, la contribuyeron con doscientos ducados anuales y se mantienen y residen, con otros de coro, legos de capilla y cogulla, varios operarios evangélicos, de quienes los prelados eclesiásticos de los Obispados de Castilla la Vieja, se valen para catequizar, escobar y limpiar de excesos, culpas y pecados sus territorios.
ERMITA DE SAN PEDRO
A la salida de la villa por el poniente, está la ermita de San Pedro, con su poco de espadaña y campanilla y el más devoto Crucifijo, fabricada a principio del siglo XVIII.
Desde ella comenzaba un Calvario de cruces de piedra aocharadas de buena altura y repartida en su distancia, por la medida de la Real estrada y pasos que anduvo Jesucristo, según el mejor cómputo de los viajeros de Tierra Santa, dicho Calvario iba subiendo hacia la parroquia de San Millán, prosigue desde allí y concluía en la Capilla de la Orden Tercera, que con su espadaña y campana, tienen dentro del cementerio de su iglesia dichos Regulares, quienes en algunos tiempos del año, acostumbran a visitarlo públicamente acompañados de la gente del pueblo, y han promovido con la palabra esta devoción, que se encuentran a todas las horas del día y aún por la noche, personas practicándola con tales oraciones, jaculatorias y afectos, que causa edificación verlas y oírlas y produce en sus moradores una inclinación visible a lo bueno y aversión grande a lo malo. (el Calvario citado se hizo el año 1728).

Escalinata de acceso a la Iglesia de San Millán
ERMITA DE SAN GREGORIO
La ermita de San Gregorio, construida en el siglo XVIII, se encuentra en el extrarradio del municipio, está ubicada en la denominada Campa de San Gregorio a una distancia de 2 km de la localidad.
Cuenta la leyenda que una terrible plaga de langosta asoló los campos de Baltanás en 1629. Los baltanasiegos acudieron a la Virgen de Revilla para que les liberara del castigo, y en procesión suplicaban la intercesión para que terminara la plaga. Al llegar al lugar donde se encuentra la ermita de San Gregorio, de improviso, quedó fulminada la nube de langosta, lo que se atribuyó a un milagro de la patrona.
Por este milagro, años posteriores los baltanasiegos en el siglo XVIII construyeron en los terrenos donde se fulminó la plaga una ermita en honor a San Gregorio.

Procesión de San Gregorio
La ermita de una sola planta, está construida en su totalidad con mampostería de piedra caliza, vigas de madera y materiales tradicionales. En el exterior de la ermita a un lateral se encuentra en un nivel más alto un altar exterior cubierto por un techado de madera, además la ermita cuenta en su cubierta exterior con una pequeña espadaña de piedra que alberga una campana.
En su interior alberga un pequeño altar de madera policromada y bancos corridos. En las paredes interiores hay diversas imágenes pictóricas del santo titular y de la virgen. En la parcela donde se encuentra la ermita, denominada Campa de San Gregorio que tiene una superficie de alrededor de 2 hectáreas, se encuentran además de la propia ermita, varios servicios como una fuente con agua potable, mesas y bancos y unas casetas que albergan baños públicos.
Desde el siglo XVIII se celebra todos los 9 de mayo la fiesta de San Gregorio con una romería donde se traslada una talla del santo desde la iglesia de San Millán hasta la campera, acompañado por baltanasiegos y autoridades del municipio; también se celebra una comida comunal, donde acude todo el pueblo a celebrarlo.
En el año 2013 la ermita experimenta una gran restauración completa del interior y exterior gracias al voluntariado “Palencia a huebra”, por este proyecto se le concedió al municipio el premio al mejor proyecto de restauración “Palencia a huebra 2013”.

Ermita en la Campera de San Gregorio
FIN

El autor de la nota, Hermano Cofrade del Cristo de la Salud
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