CERRATEANDO - HISTORIAS Y VIVENCIAS DE LAS COFRADÍAS Y HERMANDADES DE BALTANÁS, VALDECAÑAS Y EL CERRATO

 


HISTORIAS Y VIVENCIAS DE LAS COFRADÍAS Y HERMANDADES DE BALTANÁS, VALDECAÑAS Y EL CERRATO



Estas son algunas de las historias, hechos, anécdotas y recuerdos de las Cofradías y Hermandades que en la antigüedad, en los siglos XVI y XVII, ocurrieron.




Baltanás ha sido y es cabeza de Arciprestazgo y Vicaría de la Diócesis de Palencia.

Era en el antiguo Hospital, donde se recogían varios pobres, donde había una sala que llaman de la Cruz, en la que las Cofradías baltanasiegas celebraban sus juntas.


Entonces en 1750, había en Baltanás, antes Valtanás, ocho cofradías:


* Cofradía de La Santísima Trinidad,

* Cofradía del Santísimo Sacramento

* Cofradía de Jesús Nazareno, posteriormente denominada Santa Vera Cruz

* Cofradía de San Andrés (agregada a la Santa Vera Cruz en 1650)

* Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio

* Cofradía de Nuestra Señora la Virgen de Revilla

* Cofradía de San Pedro

* Cofradía de San Sebastian


En la actualidad, en el 2020, las Cofradías y Hermandades existentes en Baltanás, son 11.


Cofradías existentes, pero que no procesionan en Semana Santa :

* Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús

* Cofradía de la Virgen del Carmen

* Cofradía de Nuestra Señora la Virgen de Revilla

* Cofradía de San Millán

* Cofradía del Santísimo ( solo tiene censado un Hermano Cofrade, Don Ventura)

* Cofradía de San Isidro ( desaparecida en los años 50 )

* Cofradía de La Piedad ( procesionó hasta su desapareción en 2010)


Un alto en la procesión


Cofradías que procesionan en la actualidad en la Semana Santa de Baltanás :


* Cofradía del Santo Cristo de Balaguer ( antes la Santa Vera Cruz )

* Cofradía de Nuestro Señor Jesús Nazareno y el Santo Sepulcro

* Cofradía de la Virgen de la Soledad - Dolorosa

* Hermandad del Santo Cristo de la Salud



Santo Cristo de la Salud


En Valdecañas existían 6 Cofradías. La del Santísimo, la Vera Cruz, la de Ánimas, Nuestra Señora del Rosario, la de Nuestra Señora, la Virgen del Campo -en honor a la patrona del municipio- y la de San Nicolás de Bari -patrono de la villa-. 

Con el fin de estimular la participación de la gente del pueblo en la vida religiosa de la Iglesia se fomentó las Cofradías, es decir, Asociaciones Religiosas que honraban a un Santo Patrón, como ejemplo de vida, y se regían por determinadas Reglas o Estatutos. Aunque las Cofradías existieron desde los primeros tiempos de la Iglesia, sin embargo después del Concilio de Trento en 1542 tuvieron un gran impulso.

Una de sus principales obligaciones era atender y prestar ayuda a pobres y transeúntes. También se cuidaban como obligación a los cofrades enfermos, y en caso de fallecimiento le hacían la tumba, aunque la familia les debía de dar pan y agua por su trabajo o nada si eran pobres. Algunos vecinos encargaban su entierro, pagando, a la Cofradía.

La Cofradía de la Santa Vera Cruz, tuvo las primeras reglas conservadas, que fue fundada siendo Obispo de Palencia, Luis Cabeza de Vaca, con Provisor, antes de 1650.

Las cofradías de la Santa y Devota Vera Cruz, han sido de las más antiguas de España, Palencia y el Cerrato.

Lo primero que se exigía a los cofrades es “que no sean revoltosos y puedan sufrir la disciplina”.

Había dos tipos de cofrades, los de disciplina (porque tenían que azotarse) y los de luz , a partir de los 50 años, porque solo llevaban velas. Al frente estaba el Prioste o Preposte; también existía el cargo de Mayordomo. Su casa estaba en el Hospital de la Villa.

Los cofrades daban a la Cofradía las llamadas "domingueras" de sus cabras, es decir la leche que les era ordeñada los domingos y que suponía unos 6 kilos de queso anuales. El día del Corpus Christi celebraban una fiesta. Todos los cofrades debían de ir a la vigilia el día anterior con sus cirios y el día del Corpus acompañar al Santísimo en la procesión hasta su vuelva a la iglesia. Otra fecha importante era la Semana Santa, pues el jueves y el viernes Santo debían de estar todos con sus hachas de cera (velas) encendidas.

Celebraban un ritual muy particular que era el siguiente: El jueves Santo a la puesta del sol se reunían en casa del Mayordomo con sus túnicas y disciplinas e iban en procesión a la Iglesia con el crucifijo por orden de antigüedad, primero los que alumbraban y luego los disciplinantes, después iban descalzos todos y disciplinándose (los cofrades de disciplina); volvían, dejaban el Cristo en el Monumento en la Iglesia e iban a casa del Mayordomo que tenía preparado vino y unción caliente para lavarles. Esta obligación alcanzaba hasta los 50 años, no más, salvo que el tiempo pudiera afectar a su salud. Los mayores de 50 debían de ir con su candela encendida o con la cruz en la mano.

Se reunieron en una ocasión en la parroquia y les pareció que la edad de 50 años era muy subida y que las edades estaban muy menoscabadas y que era gran daño darse azotes a partir de los 40. Se aprueba por tanto que a partir de esa fecha pasen a ser cofrades de luz. Su fiesta principal se celebraba el día de la Cruz, es decir el 3 de Mayo; había vísperas, fiesta y al día siguiente misa por los difuntos. Esa tarde de la Cruz había un "refresco" que consistía en pan, vino, 2 huevos y 1 cuartillo de aceitunas (las que cabían en un recipiente de casi medio litro); en cambio el refresco dado al padre Predicador y al Ayuntamiento incluía vino y bizcochos.

Otra fiesta era el día del Corpus, en la que se juntaban a comer y pagaban "a escote", pero el dinero lo adelantaba la Cofradía; eso ocasionó dificultades de cobranza por lo que el obispo mandó que lo pagaran los cofrades directamente. Ese día acompañaban al Santísimo, que salía en procesión, hasta que volvía a la Iglesia. En las vísperas debían estar en la Iglesia con sus hachas encendidas. Se pagaba por llevar la Cruz de la Parroquia, era una fiesta importante porque algunos años se consignan gastos. Se pagaba por portar el Cristo y las Insignias en Semana Santa. Tenían por costumbre decir 1 misa al mes, normalmente el tercer domingo de cada mes, eran misas solemnes cantadas por el sacristán, con exposición del Santísimo, y procesión después de la misa. 

Al vaquero le pagaban anualmente, por cada res que cuidaba, una fanega de trigo y media de centeno; para obtener el cereal tenían algunas tierras que los cofrades cultivaban haciendo "la senara" o “serna”, tierra de labor que como plus de salario daban los amos a ciertos criados para que la cultiven por su cuenta, es decir aportando días de trabajo no remunerado. Cuando se hizo el apeo de sus tierras, en esos momentos tenía dos alcaldes. Luego cambian de animales y ya no hay vacas, sino 38 cabras.

Entre las noticias que aparecen en relación con los vecinos y la Cofradía destacamos que había donantes, incluso en testamentos. Uno ordenó en su testamento: "que venga la Cofradía de la Vera Cruz y Congregación de las Benditas Ánimas"de esta villa y se la de de limosna 50 reales".

En el siglo XVII, la Cofradía vende un novillo por 572 reales; en la misma época hay varias ventas más. 

Tenían su cabildo "en dicha parroquia parte dedicada y en donde tenemos de uso y costumbre de nos juntar...". Había 3 alcaldes y 12 cofrades. Las cabras de la Cofradía también se arrendaban, eran 29 cabras y el arrendatario tenía que pagar una renta de 5 reales y 25 maravedíes por cada una, que se rematan en público remate el día de San Pedro (30 de junio).

Para entrar en la Cofradía de la Vera Cruz, los hombres tenían que pagar 14 reales y si era con su mujer 16. Al frente de los Cofrades estaban los Alcaldes a los que se les daban varas de mando. Estos alcaldes tenían que mandar, pues, como ejemplo, un cofrade que era hidalgo, le dio “un gran pechugón” a otro cofrade, este era ya mayor y de no haberle sujetado se había desnucado, por lo que se echó al otro de la Cofradía. También había dos curas o Abades, 

En otros pueblos del Cerrato, también hubo Cofradías de Ánimas, como en Antigüedad, pero en el único pueblo que ha perdurado hasta el día de hoy es Vertabillo, quizá porque tenía cargos con nombre militar, vestimentas parecidas a las militares (la botarga) y actuaciones con un componente pseudomilitar como el revoleo de banderas de colores al son de las tamboras el martes de carnaval.

Las Cofradías de Ánimas y su protagonismo en la celebración de los carnavales fue, a partir del siglo XVIII, un denominador común en la historia etnográfica y antropológica del Cerrato. Los profundos cambios que se han producido en las últimas décadas en los núcleos rurales, han hecho desaparecer estas asociaciones de un tiempo en que la religiosidad y la sociabilidad se entendían de otra manera. Cofradías con idéntica titularidad se habían constituido ya en otros pueblos del Cerrato a lo largo del siglo XVII.

Existe constancia documental de las Cofradías de Ánimas, además de en Valdecañas, en Alba, Castrillo de Onielo, Cevico de la Torre, Cubillas, Espinosa, Magaz, Población, Tabanera, Tariego, Villaconancio, Villamediana y Villaviudas.

A la cabeza del gobierno está el abad, que es quien distribuye los bienes espirituales y temporales y hace cumplir las constituciones; debía ser uno de los eclesiásticos de la villa. Entre los hermanos seglares se nombran los oficiales: dos mayordomos para el cobro de rentas, recepción de limosnas y administración del dinero que mueve la cofradía; dos limosneros que, alternándose cada mes, pidan limosna a la puerta de la iglesia todos los días festivos; y un secretario que guarde los libros de la cofradía y dé fe de todos sus actos y de los hermanos que falten a los mismos.

Estos cargos se renuevan cada año y no pueden repetirse en las mismas personas, en seis años los oficiales seglares y tres el abad. Todos los años han de dar cuentas a dos contadores que nombran los cofrades el día de las Candelas o el domingo inmediato, y al hacer la elección de sus sustitutos, no pueden elegir a parientes suyos dentro del segundo grado de consanguinidad.



La Cofradia de Ánimas celebraba su fiesta en el segundo día de la Pascua Florida (Domingo de Resurrección), es decir el lunes llamado de Aguas. Iban todos los cofrades a la ermita y se pagaba a un predicador. También celebraban el día de las Ánimas (2 de Noviembre), en la noche previa se pagaba a los que tocaban las campanas. Finalmente el segundo domingo (o Dominica) de Noviembre traían también un Predicador.

Cada año, el martes de carnestolendas (carnaval) tenía la Cofradía Oficio General por las Benditas Ánimas de la parroquia con vigilia, misa conventual y procesión, como el día de los difuntos y después lo celebraban evitando así "profanar día tan santo", el miércoles de ceniza, en que oficialmente da comienzo la cuaresma.

La cera y el dinero de la cofradía se guardaba en un arca con dos llaves que estaba en la sacristía. Las llaves se las repartían el Abad y los Mayordomos, éstos seis meses cada uno. En dicha arca siempre habrá doce velas de a media libra, para cuando se precisen en las funciones.

Un capítulo mandaba que todas las noches haya un hombre que "al tocar las aves marías" diga en las esquinas de las calles en voz alta e inteligible: "Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y María Santísima Nuestra Señora sin pecado original en el primer instante de su natural, amén. Hermanos, acordémonos de aquellas Benditas Animas del Purgatorio que están padeciendo grandísimas penas, socorrámoslos con un padre nuestro y un avemaria para que cuando nos hallemos haya quien por nosotros haga otro tanto".

Este hombre tiene también la obligación de llamar a los cofrades para las reuniones o juntas que el abad determine, en su momento y lugar, y como pago a su servicio recibirá a su muerte los servicios espirituales de cualquier cofrade, sin necesidad de pagar entrada ni salida.

Los cofrades que dieren escándalo como jugadores, maldicientes, perturbadores de la paz u otro vicio, eran reprendidos por el Abad dos o tres veces, y expulsados si no se enmendaban.

Pagaban 20 reales para ser cofrade, pero luego se rebaja la cuota a 14 reales; se reunían en la Iglesia, “parte dedicada” se decía , convocados por el esquilón de la Cofradía. Su finalidad principal era ayudar a las ánimas del purgatorio (especialmente la de los cofrades) a salir de allí y gozar de Dios, con ayuda de las misas y de los rezos. Se decían tres misas para ellos: una el segundo domingo de Cuaresma, otra en un Domingo de Mayo y la última el segundo domingo después de Todos los Santos, en Noviembre.

En 1782 se apunta en este concepto un gasto de 40 reales y 12 maravedíes de 4 cántaras de vino a precio de 10 reales la cántara, y 53 reales al año siguiente. Los obispos de Palencia venían desde hace tiempo aconsejando la moderación de estos gastos profanos a cuenta de dineros espirituales, que en algunas cofradías eran reiterados y elevados. En su visita de septiembre de 1783, revisando las cuentas de la Cofradía, el obispo José Luis de Mollinedo, aunque reconoce que el gasto que se hace en el refresco es "de corta entidad", lo prohíbe.

Sus ingresos, y su mejor situación económica respecto de otras Cofradías procedía de las cuotas de entrada de hermanos y de las limosnas que sacaban los limosneros de pedir los días de fiesta a la puerta de la iglesia, la financiación principal de la cofradía en estos años viene del hato de ovejas que posee, de la lana y los corderos que vende, además tenían "reses", a cargo de un vaquero, que vivía en una casa de la Cofradía; por ello se consignan gastos para la sal de las reses, y a veces también por los daños que causaban cuando venían al pueblo a tomar la sal.

En otros pueblos de la diócesis de Palencia, había Cofradías de similar nombre y reglas, especialmente las principales que veremos. Como resulta de la visita del Obispo de 1568 en la que se dice que todas las cofradías son pobres y con pocos cofrades, de forma que se emplea casi todo el pueblo en oficios de las mismas, por lo que ordena que se junten.

Las Cofradias tenían Alcalde o máxima autoridad, Mayordomo encargado de la hacienda, Mullidor (Muñidor o llamador) y Abad (el cura). La víspera de la fiesta principal, ha de haber Cabildo o reunión de los cofrades y reuniéndose todos los cofrades ha de dárseles una colación moderada. Tenían Predicador y entonces le obsequiaban con una gallina para comer. Traían también tamborilero y tiraban docenas de “cuetes”, o fuego de mano que se traían la víspera.

Las Cofradías de Ánimas y su protagonismo en la celebración de los carnavales fue, a partir del siglo XVIII, un denominador común en la historia etnográfica y antropológica del Cerrato. Los profundos cambios que se han producido en las últimas décadas en los núcleos rurales, han hecho desaparecer estas asociaciones de un tiempo en que la religiosidad y la sociabilidad se entendían de otra manera. Cofradías con idéntica titularidad se habían constituido ya en otros pueblos del Cerrato a lo largo del siglo XVII.

Existe constancia documental de las Cofradías de Ánimas aparte de la de Valdecañas en Cerrato, la  de Alba, Castrillo de Onielo, Cevico de la Torre, Cubillas, Espinosa, Magaz, Población, Tabanera, Tariego, Villaconancio, Villamediana y Villaviudas.

A la cabeza del gobierno está el abad, que es quien distribuye los bienes espirituales y temporales y hace cumplir las constituciones; debía ser uno de los eclesiásticos de la villa. Entre los hermanos seglares se nombran los oficiales: dos mayordomos para el cobro de rentas, recepción de limosnas y administración del dinero que mueve la cofradía; dos limosneros que, alternándose cada mes, pidan limosna a la puerta de la iglesia todos los días festivos; y un secretario que guarde los libros de la cofradía y dé fe de todos sus actos y de los hermanos que falten a los mismos.


Estos cargos se renuevan cada año y no pueden repetirse en las mismas personas, en seis años los oficiales seglares y tres el abad. Todos los años han de dar cuentas a dos contadores que nombran los cofrades el día de las Candelas o el domingo inmediato, y al hacer la elección de sus sustitutos, no pueden elegir a parientes suyos dentro del segundo grado de consanguinidad.

También celebraban el día de las Ánimas (2 de Noviembre), en la noche previa se pagaba a los que tocaban las campanas. Finalmente el segundo domingo (o Dominica) de Noviembre traían también un Predicador.

Cada año, el martes de carnestolendas (carnaval) tenía la Cofradía Oficio General por las Benditas Ánimas de la parroquia con vigilia, misa conventual y procesión, como el día de los difuntos y después lo celebraban evitando así "profanar día tan santo", el miércoles de ceniza, en que oficialmente da comienzo la cuaresma.

En 1798 se ordenó por el Gobierno la desamortización o venta de todos los bienes de las Cofradías, lo que supuso un duro golpe para ellas, pues hacia 1820 habían desaparecido todas. 

Cargos de las Cofradías. Al frente de la Cofradía había un Abad o más de uno, que eran sacerdotes. Luego estaban los Alcaldes, uno antiguo y otro moderno; también el Prioste o Preposte, los Mayordomos, y el Muñidor o Mullidor, a veces llamado Llamador.

Fiesta de las Cofradías. Todas las Cofradías tenían en común que celebraban un día de fiesta en honor a su patrón, fiesta que empezaba ya la víspera. En ese día principal se celebraba la Función con una misa, que era celebrada por un Predicador, que era un cura o fraile que lo traían de algún convento. Después de la Función se daba un refresco o colación a los cofrades y también se traían “cuetes” o fuegos de mano a partir de 1750, y música con un tamborilero y danzantes, que eran niños. El segundo día solía haber misa por los cofrades difuntos.

Bienes de las Cofradías. Solían tener reses (vacas) y también cabras. Para cuidarlas contrataban un vaquero o cabrero. A veces tenían tierras y entonces los cofrades debían de trabajar gratis para la Cofradía haciendo lo que se llamaban “senaras” para arar, rozar, sembrar, segar, beldar, y trillar, aunque la Cofradía les daba pan, queso y vino.



El autor del artículo, Hermano Cofrade de la Hermandad del Santo Cristo de la Salud


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