HISTORIA GENERAL DE VALDECAÑAS - LA ANTIGUA VAL DE CANNAS

 HISTORIA GENERAL DE VALDECAÑAS DE CERRATO


                                                 LA ANTIGUA " VAL DE CANNAS "


 


                                             HISTORIA DE VALDECAÑAS DE CERRATO

“ Los pueblos que olvidan la historia de sus antepasados y renuncian a sus raices decaen miserablemente, porque pierden, además de la gratitud, la memoria, y con la memoria, la ciencia y el valimiento... “ (Emilio Castelar)


ÍNDICE

- GEOGRAFIA Y SITUACIÓN

- CLIMATOLOGÍA

- NOMBRES DE LUGARES Y PARAJES

- FLORA

- PLANTAS

- FAUNA

- TOPONIMIA

- HISTORIA DE LA COMARCA DEL CERRATO - CONTEXTO HISTÓRICO

- EDAD ANTIGUA

- EDAD MEDIA

- LA REPOBLACIÓN EN EL CERRATO

- LA REPOBLACIÓN

- LOS FORAMONTANOS

- EDAD MODERNA

- JUANA I DE CASTILLA

- MUJERES NO

- FUNDACIÓN OBRA PÍA DE TEVAR

- EDAD CONTEMPORANEA

- VALDECAÑAS Y SU PERTENENCIA AL ALFOZ DE PALENZUELA

- VIDA Y COSTUMBRES VALDECAÑESAS

- FIESTAS

- GASTRONOMÍA

- ECONOMÍA

- PATRIMONIO CULTURAL

- BODEGAS

- VOCABULARIO DE ÚTILES E INSTRUMENTOS BODEGUEROS

- CABAÑAS DE PASTOR

- CAÑADA REAL

- ANTIGUO CASTILLO DE SANTA ANA

- LA CONSTRUCCIÓN Y EDIFICACIONES

- SOBRE EL CARÁCTER VALDECAÑÉS

- OFICIOS ANTIGÜOS QUE HAN DESAPARECIDO

- LÉXICO AUTÓCTONO - VOCABULARIO CERRATEÑO

- CURIOSIDADES SOBRE LOS APELLIDOS Y VÍNCULOS DE PERSONALIDADES CON VALDECAÑAS

- HISTORIA DE LOS APELLIDOS MÁS COMUNES DE VALDECAÑAS

- "EL PEQUEÑO GIGANTE" VICTOR AGUAYO ROYUELA

- HISTORIA Y VIVENCIA DE LAS COFRADIAS DE VALDECAÑAS Y EL CERRATO

- SOBRE LA INQUISICIÓN EN EL CERRATO Y VALDECAÑAS

- SOBRE EL C.F. VALDECAÑAS DE CERRATO

- HIMNO A LOS VALDECAÑESES

- GALERÍA DE IMÁGENES 



 


                                                         GEOGRAFIA Y SITUACIÓN

Valdecañas de Cerrato es una localidad y también una pedanía del municipio de Baltanás, del que dista 9 km.

Está situada en la comarca del Cerrato (Palencia), en la comunidad autónoma de Castilla y León (España), y pertenece al partido judicial de Palencia.

Su geografía está salpicada de cerros rodeados de páramos; la población se levanta al pie del Pico Piyayo o Pico del Roble, llamado también «cerro del Carrascal», en un valle por el que discurren los arroyos el Castillo, el Pozo, el Valle y el Pozuelo, que se unen en el cementerio y abastecen de agua a los manantiales de Cañocaliente, Aguanal, Matilla, Águila, Mojapán, Piedra, Burros y Carropalenzuela que se dirigen hacia el río Pisuerga, los cuales desaparecen antes de llegar a su desembocadura.

Se encuentra a una distancia de 14 km de la A-62, a 37 km de Palencia, a 53 km de Burgos y a 68 km de Valladolid.

Limita al norte con Tabanera de Cerrato, Villahán, Palenzuela, Herrera de Valdecañas y Quintana del Puente; al sur con Baltanás, Cevico Navero, Cevico de la Torre, Villaviudas y Villaconancio; al este con Antigüedad, Cobos de Cerrato y Espinosa de Cerrato; y al oeste con Torquemada, Hornillos de Cerrato, Magaz de Pisuerga, Baños de Cerrato, Hontoria de Cerrato y Dueñas.

                                                                CLIMATOLOGIA

Tiene un clima con las siguientes características: • La precipitación anual varía entre los 400 y los 500 ml. de lluvia • Los días de precipitaciones al año superan los 100 • La temperatura media anual está entre los 11 y los 12° C • La diferencia entre la temperatura media del mes más cálido y la del más frío son unos 18°C • En invierno las temperaturas medias son inferiores a los 6° C • Son muy numerosas las heladas (desde noviembre hasta abril) • El verano es la estación seca con altas temperaturas y escasez de agua.Su clima es continental, con inviernos fríos y secos. Los veranos son cálidos. Las primaveras y otoños, son cortos y placenteros.

                                ALGUNOS DE LOS NOMBRES DE LUGARES Y PARAJES

Nombres de lugares y parajes cercanos al municipio:

Valdecivillo, Lantadilla, el Pico del Roble (Pico Piyayo), la Mata de los Buitres, Santa Ana, Valcabao, Cañada Prauvilla, Valdesario, Valdepinillo, la Rosca, la Cotorra, Cospedrazo, la Senda Mojapán, la Lastra, Mataviudas, el Pozo, Barco Colmenarón, Cañada la Ramera, Lotero, Valdeco, la Somada, Fuente los Cantos, Carro Antigüedad, Fuente la Casa, Carro Valverde, la Poza, la Canaleja, la Cepera, Fuentevalilla, el Vallejo, los Picones, Villaboyaya, Villobayo -estuvo poblado en 24 de enero de 1479, y despoblado en 1516-, Valdecañuelas o Valdecañas de Yuso -despoblado, con restos de edificaciones, sito a 7,7 km del municipio, carretera de Torquemada-, la Vega, Carro Palenzuela, la Matilla, Aguanal. Fuente Ontanilla, Roblecinto y Villarmiro -estos tres, cerca del lugar llamado el Paredón, por las ruinas visibles todavía-, Villaflainvista, San Cristóbal -despoblado, a 150 m de «El Castillo»-, El Castillo, San Sebastián -despoblado, señalado en 1709-, etc.

                                                                            FLORA


                          


En cuanto a la vegetación, el bosque autóctono es de tipo mediterráneo, de encina y carrasca, adaptado al clima y al suelo.

En medio de la sequedad del término, pueden verse bosquecillos a las orillas de los riachuelos. Allí crecen árboles como el chopo, el sauce y el olmo común, aunque este último va desapareciendo poco a poco por la enfermedad de la grafiosis.

Los pastos de la cuesta se han aprovechado para el pastoreo desde tiempos remotos, pero últimamente ha sido tan intenso el apacentamiento que ha dejado el suelo desnudo y expuesto a la erosión.

                                                                    PLANTAS


                                                           


En el término de Valdecañas de Cerrato, se producían en estos sus labrantios y montuosos campos, otros vegetales, como raíces y yerbas medicinales, modificativas, naturativas, supurativas, mundificativas, diuréticas, aperitivas, extractivas, incarnativas, atemperantes, atenuantes, rarificativas, diaforéticas, penetrativas, resolutivas, anodinas, lenitivas, sedativas, mordientes, cáurticas indurativas, repercusivas, astringentes, consolidantes, coagulantes, descoagulantes, narcóticas, soporíferas, pectorales, cordiales, lombrifugas, febrifugas, nervinas, balsámicas, y de otras calidades, porque se crían en ellos.

Haciendo alfabética relación de algunas, el Aro, Abrotano, Agricoma, Arrayan, Acederas, Amapolas, Buptalmo, Bardana, Brionia, Blugosa, Becabunga, Bellota, Betónica, Brunela, Calaminta, Chicorias, todas las especies, Cicuta, Centaura menor, centinodia, Cinoglosa, Dormideras, Deipsaco, Eringio, Enebro, Epitimo, Etetro, Erissino, Espárrago, Espliego mucho y granado, Estepa con abundancia, Escorzonera, Escordio, Eufrasio, Escabrosa, Endivia, Fumaria, Fabaria, Filipéndula, Gammón, Gremma, Gordolobo, Gayubas a montones, Gatuñas, Geranio, Genciana, Hisopo especial y bastante, Hipericón, Hirundinaria, Linaria, Lirios, Llanten, Lingua cervina, Malvaviscos, Madreselva, Majuelas, Manrubio, Mejorana, Meltiloto, Millefolio, Manzanilla fina, Milpies, Mastuerzo, Ombligo de Venus, Orégano, Ortigas, Pentaphilon: Pencedano, Primilaveris, Pilosela, Peonia, Pinpinela, Pinillo, Platero, Poleo, Quinquefolio, Rubia, Romero, Ruda, Retama, Salvia, Sabina, Siempreviva, Solana, Simphito, Sanguinaria, Senecio, Taraxacón, Tlaspios, Tomillo, Verbena, Beleño, Viscoquerquino, Zaragatona.

En los huertos, además de legumbres y verduras, se da el Ajenjo, Artemisa, Almoradux, Apio, Borraja, Betoniquela, Cohombrillo, Celedonia, Cantueso, Heneldo, Hinojo, Tedra, Yezgos, Sepidio, Mercuriales, Parietaria, Sahuco, Serpentaria y otras muchas de cuya flor fabrican las abejas en multitud de colmenares, que por todos los parajes están regados dichos campos, panales blancos, hermosos, que destilan con especialidad los que labran en el citado término,  miel aún superior a la que califica el adagio, miel y gato de Cerrato, que se azucara y aterrona y es apetecido y buscado por regalo de no poca gente, igualmente que su cera, blanca, limpia y tersa, por los cereros.


                                                                       FAUNA    

    

                                           

                                                                     Perdiz

Cangrejos (Astacidae) -muy apreciada su pesca en los arroyos del municipio-. En los páramos y valles: Perdices, Codornices (Phasianidae). Liebres, Conejos (Leporidae). Tórtolas. Palomas torcaces (Columba palumbus). Palomas zurita (Columba oenas). Tórtolas (Columbidae). Sisones, Avutardas (Otididae). Picazos o Urracas (Corvidae). Vencejos (Apodidae). Golondrinas. Pardales. Calandrias. Terreras. Bisbitas. Collalbas rubias. Currucas. Aguilucho cenizo.

                                                                       TOPONIMIA

Valle Kannas (siglo XI). Bal de Kannas (siglo XI). Valdecannas (siglo XI). Valdecañas de Suso (siglo XIV y siglo XV). Baldecañas de Arriva (siglo XVIII). Val de Cañas (siglo XIX). Valdecañas (siglo XIX).


                                      

Val: 'valle'. Caña/s: del latín, canna, 'caña', 'junco'. Suso: del latín, sursum, 'arriba', 'en lo alto'. Cerrato: 'cerro'; del latín, cirrus o cirratus, 'territorio ondulado, coronado por cerros'. Elevación de tierra aislada de menor altura que el monte.

Significado: Valdecañas de Cerrato = Valle de los juncos del territorio ondulado.

Gentilicio: valdecañés, valdecañesa 


HISTORIA DE LA COMARCA DEL CERRATO. CONTEXTO HISTÓRICO QUE AFECTÓ A VALDECAÑAS DE CERRATO

Mucho antes de los vacceos, el primer humano del que se tiene conocimiento en la zona cerrateña es el Homo Antecessor. Su cultura se encuentra dentro del canto tallado. Posteriormente aparece otra especie humana, el Homo Ergaster, con una antigüedad de más de 300 milenios. Su cultura se ha documentado en las terrazas del río Arlanzón, en Villafría, -Burgos-, y en el río Pisuerga, en Fuensaldaña.


                                             

                                                             Mapa del Cerrato


A mitad y finales de la Edad de Bronce (2200-900 a. C.), existen vestigios del fenómeno campaniforme, procedente sobre todo de la zona cantábrica y Álava. En esta época predominó la metalurgia del cobre y a finales de ella se originaron los diferentes pueblos prerromanos, que los cartagineses y los romanos encontraron al llegar a la Península Ibérica. 

Los romanos, dispusieron rápidamente de infraestructuras en Hispania Nova Citerior. Construyeron obras civiles como, acueductos, calzadas y puentes -Torquemada y Quintana del Puente, son un ejemplo-, como base para el asentamiento de sus poblaciones en Quintanilla de la Cueza -siglo IV d. C.- y La Olmeda, en Pedrosa de la Vega, cerca de Saldaña, descubierta en 1968. Licinio Lúculo asumió el cargo de Cónsul y Pretor, en la Hispania Citerior -151 a. C.-, fue belicista, venció en Cauca y en otras poblaciones, pero fracasó en su intento de conquistar Pallantia. 

En el verano del 142 a. C. y aprovechando las labores del cereal, el cónsul romano Cecilio Metelo, saqueó las tierras vacceas, las cerrateñas. El Gobernador Metelo Nepote, sometió en el 56 a. C. una rebelión de las tribus vacceas. En el 49 a. C., desembarcó Julio César y después de derrotar a los Pompeyanos, consiguió el apoyo de toda Hispania, y dejó como Gobernador de la Citeror a M. Emilio Lépido. 

El 29 a. C., Estatilio Tauro, llevó a cabo una campaña contra los vacceos. Trasladó su campamento a Sasamón en Burgos, cerca de Castrojeriz. En aquel tiempo, El Cerrato se denominaba Campus Gothorum. 


                                                                 EDAD ANTIGUA 

Al analizar los orígenes de los primeros pobladores de la comarca cerrateña, cabe mencionar a los vacceos y los arévacos, pueblos de origen celta que se instalaron por estas tierras, allá por el siglo III a. C. 

Ocuparon la zona, marcando los límites al Este, los ríos Pisuerga y Arlanza. Palenzuela, fue una población de gran importancia para el pueblo vacceo, cuyo castro dominaba toda la zona. Los castros hispano-romanos, los ce-vicos, y castrillos, fueron con el tiempo derivando en las villas de origen medieval, fortificadas. 

Estas fortificaciones, estaban construidas en mampostería, sillarejo y sillería. Hoy en día, muchas de las piedras de sillería de estas construcciones, han terminado siendo expoliadas y utilizadas para la construcción de otros edificios. 

En el año 447, el emperador romano Teodosio II, arrasó Pallantia hasta que en el 510 comenzó el poblamiento visigodo del territorio. El rey Leovigildo quedó como único monarca en un reino muy fragmentado. 


                                        


En la actualidad, todavía se puede observar que por estas tierras, conviven individuos con clara ascendencia de aquellos primeros pobladores. Sus rasgos más acusados son el color azul claro de sus ojos, la palidez de su piel, y la tonalidad rubio claro de su cabello. Características que se corresponden con un cierto nivel de endogamia, que ha imperado en estos lares desde entonces. 


                                                                     EDAD MEDIA

Al finalizar el siglo IX, los ejércitos cristianos reconquistaron el lugar, con lo que se inició su repoblación, que sucedió reinando Alfonso III el Magno.

Hay que destacar que el antiguo Condado de Castilla, fue repoblado por personas procedentes de diversos pueblos como los godos, los astures, los vascones, los cántabros y los mozárabes.

Residentes en un principio en Vizcaya, los movimientos los hicieron hacia el Oeste, a un lugar tradicionalmente llamado Bardulia, desde donde ocuparon lo que luego formó el Reino de Castilla. Desde la Bardulia, en plena cuna de Castilla -Lezana de Mena y Leciñana en el Valle de Mena, en el norte de Burgos-, se inició la repoblación de los campos cerrateños, conjuntamente con los que llegaron de Cantábria.

Fue en esta zona, en el Valle de Mena, donde por primera vez se denominó el término “CASTILLA”. Por esa razón, existen apellidos con tanto abolengo en la zona cerrateña, como los de los Velasco.


                                          

                              Torre-Castillo de los Velasco en Lezana de Mena (Burgos)


Linajes como los de la familia de los Velasco y los Quirós, fueron muy importantes en la zona castellana y más concretamente en la palentina.

Dícese que en Salamanca, durante una cena, los Señores de Velasco y Quirós, se enfrascaron en un duro enfrentamiento verbal, en presencia del Obispo de Salamanca, para zanjar la discusión, el Obispo intervino... “Antes de que Dios fuera Dios y los peñascos, peñascos, los Quirós eran Quirós y los Velasco, Velasco.” Con esta sentencia obispal, probablemente se evitó un más que posible conflicto.

La repoblación, proveniente del Norte, de Cantabria y Vizcaya, pudo deberse a motivos como el de la obtención de tierras de cultivo y a la debilidad del emirato de Córdoba. Llegaron a los territorios cerrateños, donde no existía ningún tipo de organización territorial. Realizaron presuras de terrenos, restauraron iglesias y recuperaron molinos con el fin de labrarse una nueva tierra donde vivir.

Cada familia recibía en base al derecho de presura, la superficie de tierra que se podía arar en un día. Parece ser que los abades o las familias más o menos poderosas, fueron las que protagonizaron las primeras repoblaciones.

Son varias aceifas musulmanas las que todavía pueblan la zona. Se crearon fortificaciones para detener a los musulmanes que comandaba Musa II.


                                                          

                                                                          Musa II 


Durante el reinado de Ramiro I, hubo un parón en la repoblación por tierras de Castilla. En esta época era II Conde de Castilla, "por la gracia de Dios",

Diego Rodríguez, hijo de Rodrigo, y con él, se creó una nueva línea defensiva siguiendo el curso del río Arlanza. De ahí que la zona estuviera jalonada de fortalezas como la del Castillo, en Valdecañas de Cerrato, y los castillos defensivos de Hornillos, Baltanás y Palenzuela, en este, todavía en el 2008 pueden admirarse tramos de la muralla, así como una de sus puertas, la de "La Paz".


                                       

                                      Castillo de los Enriquez en Hornillos de Cerrato


El castillo de los Enríquez es una fortaleza situada en la localidad española de Hornillos de Cerrato, en la provincia de Palencia. Fue levantada en el siglo XVI sobre una construcción anterior.

Las soberanías territoriales antes del año 975, consistían en el Rey, el cual reunía todos los poderes. Los Condes, que eran los delegados regios removibles que gobernaban diversas comarcas del reino. 

Existían también las behetrías, que eran una especie de repúblicas o señoríos, que elegían por jefe o señor a quien les parecía, entre los de un determinado linaje. Los concejos hacían rechazo de los mandatos reales que estimaban contrarios a los fueros, de ahí proviene la histórica frase castellana: «Las órdenes del Rey son de acatar, pero no son de obedecer si son contra fuero». 

Las Merindades, comprendían a bastantes municipios, al frente de las cuales estaba un Merino, que actuaba como representante del Rey. Entre las Merindades de Castilla, se encontraba la Merindad del Cerrato. 

Los Jueces o los Sayones, que desde un castillo regían pequeños territorios, llamados Alfoz o suburbios y las aldeas, centros de población local, de entre 5 y 20 familias, cada una con un Concejo de Villa, que era el que gobernaba. También se gobernaba por la costumbre. 

Valdecañas fue una de las soberanías en la que el poder de la comunidad emanaba del pueblo. Los alcaldes se elegían democráticamente. Las asambleas solían celebrarse en los atrios exteriores de las iglesias o plaza pública, «estando ayuntados a campana repicada según lo habemos por uso e costumbre de nos ayuntar», dice textualmente un acta concejil. 

El pueblo se fortificó con una sólida muralla para defenderse de los sarracenos. Durante éste periodo existía una necrópolis alto-medieval en los alrededores. Castilla se dividía en dominios. En el año 750 la comarca vivió una espantosa hambruna que obligó a los moros a ausentarse de estas tierras.

Según el Fuero de Palenzuela, similar al Fuero de Castrojeriz y en el denominado como Alfoz de Palenzuela -los alfozes eran también conocidos como tierras-, se puede asegurar que Valdecañas de Cerrato existe al menos desde antes de 1074, más exactamente en 1016. 

Disponemos de un excepcional documento histórico del siglo XI. En él el rey Fernando I (1016-1065), hijo de Sancho III el Mayor de Navarra y rey de Castilla y León, anexiona al monasterio de Arlanza, el 1 de Julio de 1048, el de Santa María de Retortillo con sus dependencias. 


                                                                

                                                                       Fernando I


En el documento se hace una referencia a que este monasterio pertenecía a la familia real desde antes, pudiendo remontarse al conde Fernán González. Junto al monasterio de Retortillo se incorporan a Arlanza estas posesiones: San Millán de Belbimbre, Santa Juliana de Burgos, San Fausto de Cerezo, pozos de sal en Añana, la iglesia de San Román de Carazo, San Juan Bautista de Huerta de Rey, bienes en Quintanaraya, Zayas, Arauzo de Salce y de la Torre; Hontoria de Valdearados; y un monasterio en Valdecañas de Cerrato. 

Valdecañas tuvo siempre mayor vinculación histórica con Palenzuela que con Baltanás. No se conoce la fecha exacta de su fundación, pero se cree que es mucho más antigua que lo que aparece en documentos fehacientes. Valdecañas de Cerrato se fundó probablemente cuando los Condes de Castilla trataron de defender el territorio del Cerrato. Su posición en alto con respecto a otras poblaciones fue una de las causas a su favor. 

En 875, la cuenca del río Arlanza estaba fortificada por Palenzuela y otras villas. Fue entonces cuando surgió con toda probabilidad Valdecañas. 

En el 873, el Conde Rodrigo que luchó primero contra Musa ibn Musa, y luego contra Mohamed I, consiguió consolidar el Condado de Castilla, que ya con Alfonso III el Magno, aparece configurado. 


                                                                

                                             Alfonso III de Asturias, llamado el Magno


El Rey Alfonso III el Magno (866?-910) derrotó a los moros y reconquistó el Cerrato. Favoreció la venida de los mozárabes, así como de las gentes del Norte, cántabros y vascones, para repoblarlo, fueron gentes que con anterioridad, habían huido de la ocupación sarracena en la zona. 

Durante el año 974, la zona contó con la presencia del Conde de Castilla, García Fernández y posteriormente de su hijo Sancho García. 

Valdecañas limitaba en esta época con Herrera de Valdecañas, con Espinosa de Cerrato y con el Condado de Monzón. 


LA REPOBLACIÓN EN EL CERRATO PALENTINO. ANTECEDENTES 
En un principio, allá por los albores del siglo VIII, la expansión musulmana se realizó de manera rápida por toda la Península Ibérica hundiendo en la miseria a los antiguos pobladores visigodos. 
Sanchez Albornoz, habla de despoblamiento total al paso de las hordas árabes. Menezdez Pidal, indica que nunca se despobló del todo. Los textos árabes indican que las tierras cerrateñas, lo mismo que otras aledañas, fueron asoladas además, por una tremenda y prolongada sequía , que obligó, tanto a los cristianos como a los bereberes, a replegarse hacía zonas más propicias. 
Estas circunstancias facilitaron las campañas de Alfonso I, el Católico, yerno de Don Pelayo, y su hijo Fruela, que desertizó los "campos quos dicunt goticos usque ad flumen Dorium eremanit", prendiendo fuego y arrasando todas las villas y ciudades. 

                                                               
                                                                Alfonso I, el Católico

La crónica de Alfonso III añade que "en todos los castros, villas y aldeas que ocupó, mató a todos los pobladores árabes y a los cristianos se los llevó consigo, sus rebaños y enseres a las tierras del Norte". Se ubicaron en tierras cántabras de Liébana, Reinosa y Santander. Otros lo hicieron en Losa, Mena, Carranza o Encartaciones. En definitiva, fue una masiva repoblación masiva de lo que hoy conocemos como Asturias, Cantabria y parte de Burgos y Vasconia ( Bardulia o Vardulia). 
Como consecuencia, hubo un aumento importante de la población en los valles cántabros al recibir a los hispanogodos y mozárabes, que llegaban huyendo del invasor desde las llanuras de los rios Arlanza, Pisuerga y Duero y un cambio en los hábitos y formas de vida de los cántabros y vascones, asimilando las instituciones hispanogodas y transformando sus comportamientos culturales, sociales y económicos, hasta entonces muy atrasados, en un "proceso de aculturación", influjo del monacato, que se instala en estos valles, fundando cenobios y monasterios, especialmente en los territorios de Liébana y Bardulia, en los siglos VIII, IX y X. 
Con motivo de la crisis mozárabe en Al-Andalus y la revuelta "muladí" -cristianos pasados al islam-, se debilitan sus dominios en los territorios que ocupa el actual Cerrato palentino; la densidad de población, que el historiador Plinio daba para el "conventus asturiense" ,una población que no llegaba a 6 habitantes por km2, a partir de la huida de los habitantes de la Meseta hacia los refugios del Norte, los valles cantábricos se superpueblan. 
Esta huida de los cristianos , seguidos de sus obispos, es descrita así por un Anónimo Mozárabe: "Dirigiéndose fugitivos a las montañas, sucumben de hambre" . Por otro lado, La Crónica de Alfonso III dirá: "Entre los godos que no perecieron por la espada o de hambre, la mayoría se refugió en esta patria de los asturianos". 
El monje de Arlanza dice: "Eran en poca tierra muchos hombres juntados. Visquieron castellanos grand tiempo mala vida; en tierra muy angosta de viandas fallida. Lacerados muy grand tiempo a la mayor medida; véyense en grand miedo con la gent descreyda". 

                                                                LA REPOBLACIÓN 
Al finalizar el siglo IX, los ejércitos cristianos reconquistaron el lugar, con lo que se inició su repoblación, que sucedió reinando Alfonso III el Magno. Durante la época de la Reconquista, entre los repobladores se encontraban gentes procedentes del Norte, como los cántabros, llegados a la zona del Cerrato, a través de la «ruta de los foramontanos», y no pocos mozárabes provenientes de Al-Ándalus, o parte de la población musulmana que permaneció bajo señores cristianos en los territorios conquistados. Estos convivieron con el colectivo judío existente por ejemplo en la judería de Palenzuela. Muchos de estos repobladores, eran descendientes de antiguos moradores de la zona cerrateña, que decidieron emigrar hacia zonas no controladas por la morisma, más al norte, hacia el Cantábrico.

                                    

La primera repoblación se realizó entre el 814 y el 975.
Aplicando la tradición jurídica romana, todas las tierras abandonadas, siendo todas las de la meseta, pasaron a propiedad del Rey. Así éste se convirtió en propietario de todas las tierras que se repoblaron en los siglos IX y X.
De la cultura mozárabe, nos han quedado algunas aisladas muestras, en la toponimia y origen de muchos de los pueblos de la comarca cerrateña. También hay vestigios arquitectónicos y artísticos de mucho valor en la zona, de aquella época.
Tras el triunfo del rey Ramiro II, asciende un nuevo dirigente que a la larga será el verdadero conformador de Castilla como unidad política e histórica, Fernán González, hijo de Gonzalo Fernandez, Conde de Lara, (al cual se le consideraba como un héroe), identificando a España con Castilla.
Las fuentes naturales eran patrimonio de la comunidad, así como también los bosques, aguas y pastos. Esta propiedad colectiva coexistía con la privada de las casas y las tierras de labor.
Los concejos hacían rechazo de los mandatos reales que estimaban contrarios a los fueros, de ahí proviene la histórica frase castellana: «Las órdenes del Rey son de acatar, pero no son de obedecer si son contra fuero». 
Durante la época de la Reconquista, entre los repobladores se encontraban gentes procedentes del Norte, como los cántabros, llegados a la zona del Cerrato, a través de la «ruta de los foramontanos», y no pocos mozárabes provenientes de Al-Ándalus, o parte de la población musulmana que permaneció bajo señores cristianos en los territorios conquistados. Estos convivieron con el colectivo judío existente por ejemplo en la judería de Palenzuela. Muchos de estos repobladores, eran descendientes de antiguos moradores de la zona cerrateña, que decidieron emigrar hacia zonas no controladas por la morisma, más al norte, hacia el Cantábrico.
La tierra pertenecía al rey y cualquiera podía hacerse dueño de ella por el simple hecho de roturarla u ocuparla sin más, este fenómeno se conoce como "de presura"; esta se hace efectiva no cuando se ocupa, sino cuando se trabaja y explota. 
Los primeros repobladores del Cerrato y por ende los primeros "valdecañeses", van a convertirse en pequeños propietarios libres. 
Si la presura denota una sociedad desorganizada, la repoblación concejil será, más tarde, un nuevo paso hacia el sistema organizado, dando lugar a los municipios con sus límites perfectamente marcados por los reyes y condes, que los enriquecerán con fueros y cartas-pueblas. 
Realizaron presuras de terrenos, restauraron iglesias y recuperaron molinos con el fin de labrarse una nueva tierra donde vivir. Cada familia recibía en base al derecho de presura, la superficie de tierra que se podía arar en un día. 
El poema de Fernán González lo canta así: "Villas y castillos tengo, todos a mi mandar son; dellos me dejó mi padre, dellos me ganara yo. Los que me dejó mi padre poblelos de ricos hombres, los que yo me hube ganado poblelos de labradores. Quien no había más que un buey, dábale otro que eran dos; el que casaba su hija le daba yo rico don; cada día que amanece por mi hacen oración..."
Esta repoblación tan singular de hombres libres, que se da en el territorio que con el tiempo se llamará Castilla, comienza en el año 800. 

                                                
                                Fernán González                                          Amaya

El Conde Rodrigo reorganiza el movimiento repoblador tras la ocupación de las fortalezas de Amaya, Mave y Saldaña. Se traduce todo ello en privilegios, libertades, exención de impuestos y cargas fiscales para favorecer la expansión en toda la zona cerrateña. 
Durante el reinado de Ramiro I, hubo un parón en la repoblación por tierras de Castilla. En esta época era II Conde de Castilla, "Por la gracia de Dios", Diego Rodríguez, hijo de Rodrigo, y con él, se creó una nueva línea defensiva siguiendo el curso del río Arlanza.

                                                     

Los condes levantan sus fortalezas y castillos para defender a quienes trabajan en el llano. Ejemplos son los de Palenzuela, Valdecañas, Hornillos, etc. Los monjes hacen una repoblación monástica con predominio de la riqueza ganadera sobre el cultivo. Un ejemplo es el Monasterio de San Pelayo Martir en Valdecañas, según documento de Doña Jimena, esposa del Cid. 
El sistema de ocupación de la tierra tiene una estructura social abierta que ya se podría llamar "democrática, pues aquellos hombres libres se rigen por sus propias costumbres locales antes que por el rígido Fuero juzgo". 
Dirá Sánchez Albornoz, que la intervención popular en la vida política era directa, fruto de "ese dramático resistir y batallar de un pueblo libre en que se habían fundido tres razas como la cántabra, la germana y la vasca". También hay vestigios arquitectónicos y artísticos de mucho valor en la zona, de aquella época. 

                                                            LOS FORAMONTANOS 
La palabra "foramontanos" se deriva de las latinas "foras monte" = fuera de la montaña. 
Hacia el año 814, Los Anales castellanos dan la noticia: "Exierunt foras montani de Malacoria et venerunt ad Castella". 
Perez de Urbel comenta el texto diciendo que: "es una emigración en masa de gentes de las estribaciones orientales de los Picos de Europa, donde estan las Mazcuerras, hacia Bricia, Campoo, Saldaña. Bajan de Cabuérniga y Cabezón por la Braña del Portillo hasta el nacimiento del Ebro; pasan cerca de Reinosa y al penetrar en la llanura se convierten en "foramontanos" .
La repoblación Norte-Sur, fue salir de los montes hacia las tierras castellanas. Esta salida y emigración para algunos como Ibn Idhari, fue forzada por un hambre generalizado; para otros, fue la audacia, la aventura o la ambición. 
Dice Jusué: "El término foramontano, responde a un concepto de geografía humana y alcanza a los habitantes de estirpe astur, cántabra y vasca que ocupaban las comarcas situadas al sur de nuestra Cordillera Cantábrica". 
La Ruta de los Foramontanos que nos ocupa pasaba por Cabuérniga y los Sejos, llegaba a Campoo, atravesando el Puerto de la Palombera y cruzando el río Camesa. Continuaba por Brañosera, por el puente romano de Nestar, el Pisuerga hasta adentrarse en Tierra de Campos y el Cerrato. 
Para estas gentes de tan distintas procedencias y culturas, la parte de las llanuras cerrateñas y por ende de Valdecañas, aparece como una tierra de promisión, soleada y rica de pan llevar, donde aquellos hombre -mitad guerreros, mitad trabajadores-, poniéndose en marcha a toque de bígaro, arreaban las vacas tudancas y avanzaban, azada al hombro y espada al cinto hasta llegar a su destino... quizá las riberas de los ríos y arroyos cerrateños y valdecañeses, más concretamente. 
Se desplazaban de norte a sur lentamente, cultivando tierras y defendiéndolas tras las fronteras naturales de ríos como Arlanzón, Arlanza y Pisuerga, viviendo a la sombra de los castillos que reforzaban aquellas mismas rayas fronterizas. Aquí experimentan la dureza de la vida y la pobreza de aquellos tiempos. 
El foramontano, que había salido del valle angosto y húmedo, se asentaba en la meseta o el páramo; en ese momento comenzaba un valiente. Luchaba con una mano y con la otra cultivaba su campo y alzaba su casa. Estos hombres se movían impulsados por un instinto de libertad, amparados por el Fuero. 
Era la exigencia de su libertad, lo que se podría llamar "democracia" castellana, que tiene su expresión en el "concejo abierto y a campana tañida", en el pórtico de las iglesias. 
Nacieron los jueces que se encargarán de resolver por el sistema de "albedrío" los espinosos asuntos comunes. Obispos y clérigos, abades y gasalianes, libres y siervos comenzaron a ocupar, a deforestar, a labrar la tierra inculta y a llenarla de pueblos con nombres de raíces cántabras, vasconas, mozárabes y visigodas. 
Dirá el juglar: "Harto era Castilla pequeño rincón cuando Amaya era cabeza y Fitero mojón". Empiezan a ser cultivadas las ricas tierras cerealistas en el límite de los tres antiguos pueblos, Vacceos, Turmogos y Cántabros, por el que cruzará la calzada romana que a partir de aquellas fechas se inscribirá en la historia como "camino de foramontanos". 
Diego, hijo del conde Rodrigo, continuará el avance hacia el sur repoblando Villadiego y el Cerrato palentino, con Valdecañas, en el año 881. Como ya hemos indicado, en la repoblación son límites de referencia y seguridad los ríos, el Pisuerga, en el occidente, y de norte a sur, Arlanzón, Arlanza y Duero. Junto a ellos se van levantando castillos y fortalezas, tales como Monzón y Dueñas junto al Pisuerga. Junto al Arlanzón, Castrojeriz. A orillas del Arlanza, Carazo, Lara. Junto al Duero, Roa, Peñafiel, entre otros muchos incluido el de Valdecañas, Palenzuela o el de Hornillos. 
Dirá Peréz de Urgel que "no se da un paso sin levantar un castillo". Alguien añadirá que las tierras cerrateñas, junto al Arlanza y el Arlanzón fueron "el granero que mató el hambre secular de los foramontanos". En la etapa que va del 850 al 911, y coincidiendo con los grandes condes de Castilla, estos aprovechan las nuevas oleadas que salen de sus refugios "intramontanos" para extender la frontera y la repoblación hasta el Duero. 
Como se ha podido deducir en muchos casos los apellidos que pueblan los municipios cerrateños y Valdecañas es uno de ellos, son de origen "foramontano", osease de procedencia cántabra, vascongada o más concretamente de la Bardulia. 
Esto es, a grandes rasgos, el fenómeno de la histórica repoblación castellana llevada a cabo por unos protagonistas llamados "foramontanos", con los que nos ha llegado su influencia montañesa reflejada en nombres y apellidos. El monumento a Los Foramontanos se encuentra ubicado en Mazcuerras, Cantábria, junto al río Saja.

                                          
                                                   Monumento a los Foramontanos

Castilla, Cantabria, Vasconia. He aquí unos nombres entrecruzados, unidos, en el momento en que como se dice en el Cantar de Mío Cid: "a priessa cantan los gallos / e quieren quebrar albores". Esto significa que cuando los gallos de nuestra empresa histórica del Medioevo quieren quebrar albores para empujar a la morisma a sus lejanos reductos, se presenta lo cántabro, lo vascón y lo castellano como una masa común. 
El Cerrato es uno de los goznes o rincones de la historia de España. Las fuentes naturales eran patrimonio de la comunidad, así como también los bosques, aguas y pastos.  
Existía un despoblado llamado «Villobayo» que se despobló en 1536, situado a unos 4 km al este de Valdecañas, en las proximidades de la antigua ermita de Santa Ana, a la vera izquierda del arroyo del Castillo, cerca del cerro homónimo, en cuya cima posiblemente existió una fortaleza medieval.
El castillo ocupó la cumbre de la pequeña elevación, adaptándose a su superficie irregular, con 90 metros de longitud máxima por 27 metros en su parte más ancha. 

                                         
                                    Lugar donde estuvo ubicado el castillo de Valdecañas 

Le rodeaba una muralla de piedra sin tallar, todavía visible en gran parte del perímetro, con un espesor de 1,80 metros y una altura máxima de 1,20. 
En su interior se aprecian restos de una torre situada en la zona más ancha, de la que se conservan 2,5 de altura. La profusión de piedras desprendidas hace difícil calcular la longitud de los lados que se pueden estimar entre 7 y 9 metros. 
De esta torre partía un muro que dividía el recinto principal en dos partes.
En el paraje conocido como Roblecinto, también existen vestigios de otra fortificación que debió ser similar a la indicada anteriormente.

                                      
                                            Restos del antiguo castillo de Valdecañas

Valdecañas, al igual que otras localidades de la zona, sería repoblada a raíz de la reconquista de estos lugares en el último tercio del siglo IX. En 1074 aparece entre los núcleos de población incluidos en la jurisdicción del fuero de Palenzuela otorgado por Alfonso VI.
En 1352 se la conoce como “Valdecañas de Suso” y era lugar de behetría de Juan Rodríguez de Sandoval, teniendo como señores naturales a los Lara, Vizcaya y Valverde. 
El Rey cobraba la mitad de la martiniega, además de servicios y monedas, aunque no fonsadera. También cada casa pagaba en marzo 16 dineros, que al igual que otras localidades, se tributaba a la villa de Palenzuela. 
El señor recibía la otra mitad de la martiniega y yantar. Además, por infurción cuatro celemines de cebada y tres de trigo, asi como media cántara de mosto y un sueldo viejo. Los Lara y los Vizcaya recibían como deviseros 6 maravedís, y el resto 4.
En el siglo XI, el rey Fernando I, agregó varios monasterios al de San Pedro de Arlanza, entre los que figuraba San Facundo y San Martín, de Valdecañas de Cerrato. En 1070, una tal Domenga, donó al Monasterio de San Pedro de Cardeña, diversas heredades en "Bal de Kannas", conjuntamente con unas viñas de Soto de Yuso -Soto de Cerrato-. 
En 1078, Valdecañas figura como población importante. El Padre Luciano Serrano y Pineda, en su Cartulario publicado sobre San Salvador de El Moral -1906-, identificó Valdecañas, con Valdecañas de Suso -arriba- y no Valdecañas de Yuso -abajo-, que debía estar al pie de la de Suso, con posterioridad. 

                                                            
                                                Jimena Diaz, esposa del Cid Rodrigo

En 1113, Jimena Diaz, esposa de El Cid, se dice que vendió el Monasterio de San Pelayo, de Valdecañas (...) o en el cercano Cevico Navero (...), de la Orden Mostense o Premostratense, al Cabildo de la Catedral de Burgos. El Monasterio de San Pelayo en Cevico Navero, es de 934. 
En 1145, bajo la protección de Alfonso VII, pasa a los Canónigos Regulares y en 1156 o 1159 a los Premostratenses. Fue filial de Nuestra Sra. de la Vid (Burgos).
Más bien Doña Jimena Díaz, no vendió el señorío de Valdecañas, lo que efectuó fue la venta de sus propiedades.
El documento dice así: "Es de mi agrado venderos aquella mi heredad de Valdecañas. Está aquella heredad integrada por el Monasterio de San Pelayo Mártir, con sus casas y solares, con tierras y viñas y molinos y prados y todo lo que a él pertenece, en el precio de 500 sueldos de plata."

                                         
                                               Restos del Monasterio de San Pelayo

En 1183, siendo canónigos de Burgos, Cristobal y Pedro, se vendió una heredad de Valdecañas, por 500 sueldos, según "Actas del Congreso Internacional sobre El Cid" (1999). 
En el siglo XII, tal vez se construyó el primitivo templo parroquial de estilo románico y los lugares de "Valdecañas" y "Villobayo", seguían perteneciendo al Alfoz de Palenzuela. 
En 1352, cuando se llamaba Valdecañas de Suso, consistía junto a Villavaya (despoblado de Villobayo) en lugares de behetría de la Merindad de El Cerrato, las cuales pertenecían a Juan Rodríguez de Sandoval, nombrado caballero en Burgos, por el Rey Alfonso XI de Castilla en 1330, junto al que lucho en la reconquista de Algeciras en 1344. Estuvo casado con Juana de Castañeda. 
El señorío natural de ambos lugares pertenecía a la Casa (linaje) de los señores de Lara, Vizcaya y Valverde. También tuvo mucha influencia el linaje, la familia de los Velasco, Condestables de Castilla. 
En el códice Becerro de las Behetrias de Castilla, aparece que dicha población perteneció en lo eclesiástico a la Diócesis de Burgos, hasta el año 1955, en que fue agregada al Obispado de Palencia, siendo obispo, José Souto Vizoso (1949-1970). 

                                                                  EDAD MODERNA 
En 1475, durante el reinado de los Reyes Católicos, Valdecañas de Cerrato y el despoblado de Villovayo, respectivamente, seguían perteneciendo a la Merindad de el Cerrato y satisfacían de tributos, 6.864 y 607 maravedíes cada uno. 

                             
         Isabel la Católica            Pendón Real de los Reyes Católicos      Fernando el Católico

La Reina Isabel la Católica, expidió Real Cédula, imponiendo a los pueblos de la Merindad del Cerrato una contribución: "A vos el Concejo de Valdecañas de Suso: seys mill e ochocientas e sesenta e quatro maravedís. A vos el Concejo de Valdecañas de Yuso: cuatro mill e trezientos e veynte e nueve maravedís" .
De lo que se deduce que Valdecañas de Arriba -Suso-, era mayor que la de Abajo -Yuso- y que además, las dos poblaciones seguían existiendo durante el susodicho 1475. 
En cuanto al costo de una sepultura, se pagaba hasta el 1516, 28 maravedís, después un real. 
Por aquella época, la Reina Juana I de Castilla, llamada la Loca (1479-1555), tercera hija de los Reyes Católicos, paseó después de muerto, el cadáver de su marido Felipe el Hermoso por las tierras del lugar, pernoctando en el castillo de Hornillos de Cerrato, en su camino hacía Tordesillas. 
En 1507, en Torquemada, dio a luz a su hija póstuma Catalina de Austria, llamada la Torquemadina, que posteriormente fue reina de Portugal. 

                                           JUANA I DE CASTILLA, LA REINA OLVIDADA 

La noche es fría y, aunque es la víspera de Navidad, apenas hay vecinos por las calles. Por eso, los primeros en escuchar los macabros cánticos provenientes del otro lado del Pisuerga se apresuran a dar la voz de alarma.
Algo raro está ocurriendo en Torquemada. Unos instantes después, las voces atraviesan el puente, iluminadas por tenues antorchas y envueltas en la bruma gélida. Las lejanas formas comienzan a definirse y algunos aventuran a afirmar que se trata de clérigos entonando el Oficio de Difuntos.
Tras ellos, una mujer embarazada, vestida de riguroso luto, camina junto a un carro que transporta un ataúd. Los habitantes de Torquemada palidecen de miedo. 
Alguien grita: ¡Es la Reina Juana! ¡Viene la Reina Loca!
Estas pueden ser algunas pinceladas de cómo se vivió en Torquemada la noche del 24 de diciembre de 1506, cuando la comitiva fúnebre de Juana I de Castilla hizo su entrada en la villa cerrateña, distante de Valdecañas apenas unos pocos kilometros.

                                      
                             La reina Juana con el féretro de su esposo Felipe, el Hermoso

Una historia que no deja de sorprender, pese a su antigüedad, la historia de Catalina de Austria, reina de Portugal: la hija que Juana la Loca dio a luz en aquellos cuatro meses de tinieblas que pasó en Torquemada junto al cadáver de su difunto esposo, Felipe El Hermoso.
Según la leyenda que rodea aquel episodio, Juana se vio obligada a detener en Torquemada su peregrinaje hacia Granada debido a su avanzado estado de gestación. Sin embargo, hay investigadores que creen que escogió esta localidad por motivos políticos. «Juana quiso interponer una distancia física entre ella y su padre, así como alejarse de Burgos, donde su amado esposo había fallecido», explican.
La reina de Castilla se encontraba en el epicentro de una encarnizada lucha de poder instigada por Fernando el Católico, que tenía un gran interés por que su hija fuera tildada de loca. 
Sin embargo, Juana sabía que podía contar con su pueblo. «Era querida en Castilla y fue bien recibida por la nobleza local. Ella sabía que Torquemada era un lugar seguro para dar a luz a Catalina y, desde allí, decidir su futuro. Era consciente de que su padre quería el trono a toda costa, pues incluso se rumoreaba que Fernando había envenenado a Felipe. Creo que Juana no tenía claro cómo actuar ni qué hacer en aquel momento, ni tenía a nadie que pudiera aconsejarla», añadían. 

                                                                     MUJERES, NO 
El 14 de enero de 1507 la reina dio a luz a Catalina, «el último nexo entre Juana y Felipe», según la historiadora. Sin embargo, ni siquiera el nacimiento del bebé consiguió alegrar el espíritu sombrío de su madre, cuya estancia en Torquemada estuvo rodeada por la locura. 
Instaló el cadáver de su esposo en la iglesia de Santa Eulalia y dispuso soldados armados a su alrededor para que lo guardaran día y noche. El acceso de cualquier mujer en el templo estaba totalmente prohibido y se celebraban misas diarias «con la misma pompa que si acabara de morir», según relató Pedro Mártir de Anglería, cronista de la época.
Esta perturbadora estancia, que se prolongó hasta el mes de abril, dejó mella entre los vecinos de la villa, quienes tuvieron que alojar y alimentar a los cortesanos de la reina, tal y como cuenta el investigador Miguel Ángel Zalama en su libro "Vida Cotidiana y Arte en el Palacio de la Reina Juana I en Tordesillas". Finalmente, la reina se vio obligada a dejar la localidad ante la llegada de la peste y la insistencia de los Grandes del Reino, que temían por su salud.

                                    
              El autor, junto al monumento a Catalina, la Torquemadina, en Torquemada

Criada en Tordesillas, la futura reina Catalina, nacida en Torquemada, de ahí, lo de "Torquemadina", fue criada por su madre en la austeridad y soledad de Tordesillas. «Tuvo una infancia tranquila, alejada de cualquier contacto con la Corte, lo que favoreció que creciera sin estrés ni obligaciones, como sucedía con otras princesas. Además, Catalina no tuvo que soportar el carácter rudo y frío de su hermano mayor, Carlos V, quien utilizó y manipuló a las mujeres de su familia», apunta Annemarie Jordan.
Su aislamiento no impidió que recibiera una educación regia, pues Juana jugó un papel fundamental en el desarrollo de la infanta, la única de sus seis hijos que convivió con ella. La joven princesa hablaba latín y griego, bordaba y tocaba el órgano. «Estoy convencida de que la educación que recibió por parte de su madre fue lo que la convirtió en una reina tan exitosa políticamente. Si Juana hubiera estado realmente loca, Catalina no habría tenido ese carácter tan estable», sentencia sin ningún atisbo de duda esta investigadora, que considera que Juana simplemente padecía depresión.
Annemarie Jordan suele definir a Catalina como "una reina astuta, mujer de Estado y política por derecho propio". Unas cualidades que demostró siendo casi una niña, cuando tuvo que posicionarse en el conflicto de los comuneros, manipulada por su hermano Carlos. «Él se sentía culpable por haberle robado el poder a Juana y tenía la paranoia de que su madre trataría de recuperar el trono. Por ello, obligó a Catalina a confesar por escrito que no tenía nada que ver con los Comuneros, ni había cometido ningún acto de traición», detalla.
Pese a ello, la joven princesa siguió sirviendo a su hermano con lealtad, como era propio de los Habsburgo, y acató su decisión de casarse en 1525 con Juan III de Portugal, un matrimonio que garantizaba la estabilidad política en la península.
Catalina, que no tuvo problemas para adaptarse a la corona portuguesa, acumuló un gran poder y autoridad, pues gozaba de la plena confianza de su marido. «Estaba autorizada a participar en los consejos reales y solía ayudar a su esposo a tomar decisiones de Estado. Su destreza política en la corte lisboeta fue única en las monarquías renacentistas, y jamás abusó de su poder», afirma la investigadora americana. 
La monarca torquemadina se ocupó de mantener vivos los lazos entre las cortes de los Habsburgo -España, Flandes y Austria-, así como de trazar relaciones diplomáticas con otras monarquías.
Sin embargo, la continuidad de los Habsburgo en el poder portugués peligraba. Los nueve hijos de Catalina, de los cuales cinco eran varones, fallecieron. 
El futuro de la dinastía Avis se vio comprometido en 1557, cuando fallecía el rey Juan III tan sólo tres años después de la muerte del último príncipe. «Catalina sufrió mucho esta pérdida, pero su actitud estoica favoreció el mantenimiento de la paz y la estabilidad, pues ella asumió la regencia para proteger los intereses de la corona hasta 1562, cuando su nieto Sebastián le tomó el relevo», afirma Jordan. 
En 1488, los mismos lugares y otros de la misma merindad pagaban a María de Castañeda, cierta cantidad de maravedíes. Ésta tomó el hábito como Comendadora del Real Monasterio de Frailas Comendadoras de la Orden de Santiago de Santa Eufemia de Cozuelos o Cozollos - provincia de Palencia-, dejando el mayorazgo a su sobrino. 
Los Castañeda, se consideraron muy vinculados a los Zúñiga y a los Velasco, de Baltanás. 
En 1484, en 4 de febrero según documento (AGS. Sello. fol. 56), Bernardino Pérez de Sarmiento, Conde de Ribadavia y Adelantado de Galicia, este título se lo otorgó Enrique II, en 1442, a su antepasado Pedro Ruiz Sarmiento y era el que le daba realmente el poder. 

                    
                                                        
                                         Enrique II                                      Diego Sarmiento de Acuña

Tenía la villa de Hornillos de Cerrato, como herencia. Tuvo problemas con los vecinos y por ello le reprimió el Rey. Ésta villa arrendó los términos de Valdecañas de Yuso, que sembró, pero luego fueron alquilados a Alfonso Enriquez (Almirante de Castilla), que tomó posesión inmediata de los mismos. El nuevo arrendamiento no causaba efecto hasta que se hubiera recogido la cosecha del primero. 
Bernardino, era hijo de Diego Pérez de Sarmiento, Conde de Santa Marta de Ortigueira y de Teresa Zúñiga. Casó con María Pimentel y Castro. Ella adujo malos tratos para separarse de el. Murió en 1522. 
A primeros del siglo XVI, Valdecañas figuraba entre los bienes aportados por Teresa Sarmiento, hija del Conde de Santa Marta, en su matrimonio con Pedro Acuña «el Viejo», segundo Señor de Villaviudas. 
Según el inventario de bienes de la dote, incluían, casas, molinos, ovejas y heredades del lugar de Valdecañas. También aportó casa y vasallos de Baltanás. La dote se evaluó en más de 2.500.000 mrs. 
Pedro Acuña, se volvió a casar en segundas nupcias con María de Robles. En 1543, Diego Acuña, «el gran cortesano», pariente de Pedro «el Viejo», era caballero de la Orden de Santiago y para que nos hagamos una idea de como se criticaba a los aristócratas, este es un ejemplo de texto satírico de la época: "A ti, Fray Diego de Acuña, que eres medio bachiller, que puedes muy bien hacer, el testamento en una uña." 
A mitad de éste siglo, se construyó en Valdecañas la "Casa del Cordón", de estilo plateresco, que nos recuerda el paso de la Orden Franciscana por el municipio.

                                       
                                                               Casa del Cordón

Durante 1516 la iglesia, pertenecía al arciprestazgo de Palenzuela, figuraba en el «apeo» de los señoríos de los prelados burgaleses, realizado por mandato del obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca (1514-1524) y también la ermita de Nuestra Señora, la Virgen del Campo. 
Durante esta época, los Enríquez, Almirantes de Castilla, recibían los tercios de la villa de Palenzuela y de su tierra, en la Mesa de Valdecañas. El término de Valdecañuelas lo sembraban los de Torquemada, Hornillos de Cerrato y los de Valdecañas. 
También se cree que por esos días, «El Castillo» podría haber estado en uso hasta que en 1516 se despoblaron los poblados de Villovayo y Roblecinto, anejos al mismo.

                                         
                                                     Ermita de la Virgen del Campo

La ermita de Nuestra Señora, la Virgen del Campo se construyó en el siglo XVI y en el siglo XVII, construyeron la actual iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, de estilo barroco, edificada quizás sobre el solar que ocupaba la iglesia anterior. 
Existían 6 Cofradías. La del Santísimo, la Vera Cruz, la de Ánimas, Nuestra Señora del Rosario, la de Nuestra Señora, la Virgen del Campo -en honor a la patrona del municipio- y la de San Nicolás de Bari -patrono de la villa-. 
En 1675, Valdecañas era señorío del Almirante de Castilla, Enriquez, señor de Palenzuela, y contaba con 50 vecinos. 
Por entonces la villa, poseía cinco templos. La Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari y las ermitas de Ntra. Sra. la Virgen del Campo, San Lorenzo, Santa Ana y La Magdalena. 
También existía un hospital, con dos camas, cuyos gastos eran sufragados por el Concejo. Cursó en este año visita el Obispo, que participaba en el octavo de los diezmos. 
En 1702, las ermitas de La Magdalena y la de Santa María de Cañuelas, se hallaban en ruinas y la población era de 36 vecinos. 
En 1752, cuando se llamaba Baldecanas de Arriva, era villa de señorío del Partido de Palenzuela en la provincia de Valladolid, con alcaldes ordinarios. 
Sobre la pertenencia de dicho señorío había pleito pendiente entre la Duquesa de Alba y la Condesa de Benavente. Por los señores del Real Consejo, le había sido encargada la administración de la villa, quien percibía de la misma, por razón de alcabalas, solamente dos cántaros de miel y 300 maravedíes en dinero. 
Además pagaban en las «Reales Arcas de Valladolid», 144 reales por esta razón. Las autoridades civiles de la villa eran Gaspar Martín y Andrés Belasco, Alcaldes Ordinarios. La autoridad eclesiástica de la villa era Manuel Prieto Martín, cura de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari y el pueblo contaba por entonces con 66 vecinos, 86 casas habitables y 3 arruinadas que no pagaban al dueño tributo alguno. 
El término de la villa comprendía 2.500 «obradas» de terreno. Los ingresos anuales que ésta percibía por los bienes propios del Común, ascendían a 509 reales. 
Había también un molino harinero que pertenecía a Pedro Montoya -residente en San Cebrián de Buena Madre- y 28 colmenas diseminadas por el campo.  

                                                
                 Palacio fortificado de San Cebrián de Buena Madre- Valbuena de Pisuerga

En 1779, Valdecañas pertenecía al Partido de Palenzuela de la Provincia de Valladolid, situado entre las provincias de Palencia y Burgos. 
En 1783, una gran epidemia que se produjo por las aguas estancadas después de una inundación ocasionada por el desbordamiento de sus dos arroyos, diezmó la población del pueblo a 30 vecinos de los 110 con los que contaba. El Arzobispo de Burgos, Arellano, intervino para remediar en lo posible dicha calamidad pública. Por esta época se produjo otro hecho luctuoso, un rayo caído en el municipio, mató a varios niños que se encontraban juntos, los supervivientes se refugiaron en la iglesia. 
En 1785, Val de Cañas era villa de señorío secular del Partido de Palenzuela en la Provincia de Valladolid, con Alcalde Pedáneo. Como se puede comprobar por los datos enunciados, las familias importantes que tradicionalmente han tenido su señorío e importancia a lo largo de cientos de años en la comarca cerrateña, que incluye Valdecañas de Cerrato, han sido pocas y con una estrecha relación en muchos casos, familiar, de casamiento o unión de conveniencia. 
Con el tiempo, su relación con la comarca se ha ido perdiendo, anulando en parte su personalidad histórica. Lo que está también demostrado, es la importancia que tenían en sus respectivas épocas estos linajes, los Sandoval, los Castañeda, los Sarmiento, los Pimentel, los Zúñiga, los Velasco, los Alba, los Lara y los Vizcaya, que contaron entre sus propiedades y heredades, a un pueblo con historia... Valdecañas de Cerrato, la antigua "Val de Cannas".

                                                      FUNDACIÓN OBRA PÍA DE TEVAR
Tomás González Tevar, (quiero dejar claro que el apellido puede ser escrito y hay documentos que así lo demuestran, como Tevar o Tebar. Yo me inclino por la primera, Tevar) fue una gran personalidad, una más de las vinculadas a Valdecañas de Cerrato.
 Nacido en Valdecañas de Cerrato, fue "racionero o racionario" - que en términos jurídicos es el que asesora al Obispo; era quien llevaba y lleva las cuentas y distribuye las raciones en una catedral o colegiata - en el caso de Don Tomás, de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba y además, Comisionado del Santo Oficio de la Inquisición.

                                              
                                                     Mezquita Catedral de Córdoba
 
En la época en que Tomás González Tevar creó la fundación, era Obispo de Córdoba el vallisoletano Antonio Valdés Herrera (Valladolid 1578-Córdoba 1657).
 Desde antiguo, existe una relación entre el Cerrato y Andalucía, más concretamente, con Córdoba. 
Parece ser que vasallos cerrateños reclutados para luchar en la Reconquista, a las órdenes de sus señores, terminaron instalándose en la zona al finiquitar su épica lucha. 
 Existen muchas evidencias sobre estas circunstancias, es más en algún otro aoartado podré concretar más sobre esta "relación" Cerrato-Cordobesa.
Por estos tiempos, se fundaron gran cantidad de fundaciones, cuya función era la de garantizar donaciones, dotes y mandas testamentarias. Con las mandas eclesiásticas *, se aseguraban las misas y oraciones previstas por los fundadores, sine die. Todo el sistema garantizaba  el prestigio social de sus privilegiados mentores. 
 La influencia y el poder eclesiástico eran enormes entonces y es en ese contexto en el que el Racionero y Comisionado de la Inquisición, Tomás González Tevar, se dispone a fundar la "Obra Pía" en Valdecañas de Cerrato.
 En Valdecañas de Cerrato, como en el resto de los villorrios de la zona, la dignidad religiosa que ostentaba el clero, era entonces una condición social muy extendida y considerada de alta estima dentro de los vecinos, es por ello que se entiende que en muchos pueblos cerrateños, los pudientes, crearan fundaciones para su pretendida satisfacción a perpetuidad, en pro de su Fe.
 El fundó e impulsó la Fundación Cultural "Obra Pía de Tevar" y la fechó el 1 de octubre de 1660, dotándola de rentas de distintas localidades, como Tabanera de Cerrato, Valdecañas de Cerrato, Villahan y Dueñas, donde tenía propiedades.
 En la época en que Tomás González Tevar fundó la "Obra Pía de Tevar", Valdecañas era señorío del Almirante de Castilla, Enriquez, Señor de Palenzuela y contaba con 50 vecinos.
 
                                                       
                                                                          Felipe IV

Reinaba Felipe IV (1605-1665) y en España, en el siglo XVII, se vive un esplendor en todos los aspectos sin precedentes, que permite desligarse de las ataduras provenientes de la Edad Media, aunque la influencia eclesiástica en la sociedad era de una gran importancia.
 Por entonces la villa de Valdecañas, se denominaba Baldecanas de Arriva y poseía cinco templos, a saber, la Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari , recién construido sobre otro del siglo XII, de estilo románico y las ermitas de Nuestra Señora la Virgen del Campo, San Lorenzo, Santa Ana y la Magdalena. 
 En Valdecañas existían seis cofradías, la del Santísimo, la Vera Cruz, la de Animas, Nuestra Señora del Rosario, la de Nuestra Señora la Virgen del Campo, patrona del municipio y la de San Nicolás de Bari, patrono de la villa.
También existía un hospital, con dos camas, cuyos gastos eran sufragados por el Concejo Municipal *.
Ya existía la Casa del Cordón, una construcción de estilo plateresco, que nos recuerda el paso de la Orden Franciscana por el municipio y mandada construir por Dª Mencia de Mendoza y Figueroa, esposa de don Pedro Fernández de Velasco, VI Condestable de Castilla, que era muy devota de San Francisco y por ello mandó esculpir el cordón franciscano en la fachada. 
Por cierto, que este edificio tan histórico y singular, se encuentra en un lamentable estado de conservación y sería interesante ver la viabilidad de "recuperarlo" con la anuencia de las instituciones provinciales y regionales, incluidas como no, las eclesiásticas, actuales propietarias.
                                 
                                                         
                                                                   Casa del Cordón
                                                               
En 1675 cursó visita el Obispo, que participaba en el octavo de los diezmos *. 
En 1752, las ermitas de La Magdalena y la de Santa María de Cañuelas, se hallaban en ruinas y la población de Valdecañas era de 36 vecinos.
 En 1752, Baldecanas, después Valdecañas, era villa de señorío del Partido de Palenzuela, perteneciente entonces a la provincia de Valladolid, situado entre las provincias de Palencia y Burgos y tenía Alcaldes ordinarios.
 Esta localización, indica que Valdecañas en algún momento histórico perteneció a la provincia de Valladolid.
 El término de la villa comprendía 2.500 obradas * de terreno. Los ingresos anuales que esta percibía por los bienes propios del Común *, ascendían a 509 reales *.
 En Valdecañas o Baldecanas había también un molino harinero y docenas de colmenas diseminadas por el campo, producto de alto valor comercial, que incluso servía para pagar alcabalas *.
Resulta que por aquella época, existía un pleito sobre la pertenencia de dicho señorío entre la Duquesa de Alba y la Condesa de Benavente. 
 Volviendo a lo que nos ocupa, la Fundación "Obra Pía de Tevar", su mentor Tomás González Tevar, ordenó que las rentas entrasen en arca de tres llaves *, que tiene hecha y declarada en la Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari, instituyendo tres Patronos Administradores Perpetuos, también denominados Oficiales del Concejo.

                                                  
                                  Escudo de los Tevar en la Ermita de la Virgen del Campo

Entre los fines de la Fundación "valdecañesa", podemos enumerar los siguientes:
 "Misas. Dotes para dos huérfanas cada año. Que hubiese un maestro de Escuela. Que se diesen ayudas para dos personas del pueblo que pudiesen obtener estudios universitarios, siendo preferentes sus familiares." 
 Cuando se creó, la Fundación contaba con una renta de 105.261 maravedíes al año, que en el año 1940 quedó reducida a un nominal de 2.465 pesetas.
 En aquella época, existían ya varias universidades en España, entre otras, las de Palencia, Valladolid (1346) y Salamanca (1218), de sobrado y reconocido prestigio. La de Palencia (1208) que cumple ahora 800 años comoEstudio General Universitas Palentina, fue la primera universidad de España.
 En el B.O.E. del Estado, nº 15, de 18 de enero de 1965, se publicó mediante una orden ministerial,  por acuerdo de la Dirección General de Beneficiencia y Obras Sociales, de 16 de octubre de 1962, por la que se clasificó y se procedió a la incoación del expediente de refundición de las 23 fundaciones, como de beneficiencia particular la "Agregación de Fundaciones de la Provincia de Palencia", en la que se incluyó a la Fundación "Obra Pía de Tebar".
 Desde 1982, depende de la Dirección Provincial de Trabajo de Palencia y sus fines, debido a la falta de recursos, han quedado reducidos a la celebración de la Fiesta del Santísimo Sacramento y a las Misas, es decir, las mandas eclesiásticas * que recibe todos los años el párroco.
Aclaración de conceptos :
* Comisionado del Santo Oficio de la Inquisición. Representante del Obispo. La Inquisición Española (1478-1821), estaba bajo control de la monarquía.
* El Señorío. Institución propia de la Edad Media y Moderna en España, similar al "feudo". Se trata de una donación hereditaria de tierras y vasallos que pervivió hasta el siglo XIX.
* Concejo Municipal. Órgano que compone junto al Alcalde, un municipio. Asamblea de Vecinos en los reinos cristianos de la Alta Edad Media.
* Diezmo. Es un impuesto principalmente para la "planta eclesiástica" del 10%, que se debía satisfacer también a diferentes estamentos, monárquicos, señoríos. Los ingresos se realizaban en especies, que eran recogidos por un "colector" y se entregaban a los párrocos, abades y obispos. Se suprimieron como tal en 1837.
* Obrada. Medida tradicional castellana, equivalente a 4.000 m2. Dos obradas y media equivalen a una hectarea, 10.000 m2.
* El Común Municipal. También llamado "procomún" o "bien comunal", se entiende por aquellos bienes, recursos o cosas, cuyos derechos de explotación pertenecen a un grupo, por ejemplo a los vecinos de un municipio.
* Real. Moneda de plata que data del siglo XIV, en el Reino de Castilla.
* Alcabalas. Fue el impuesto más importante en la Corona de Castilla, a diferencia del diezmo, estas se producían para la Hacienda Real.
* Arca de Tres Llaves. Lugar donde se depositaban documentos y otros, custodiado por Oficiales del Concejo, Patronos Administradores. 
* Dote. Patrimonio que la futura esposa o sus mentores, entregan al novio.
* Maravedies. Antigua moneda de cobre española, utilizada hasta el siglo XIX.
* Mandas Eclesiásticas. Encargos que garantizaban las misas y oraciones, por los donantes.

                                                               EDAD CONTEMPORANEA 
Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), los parajes y la villa sirvieron de refugio a los guerrilleros castellanos. 
Entre las fuerzas guerrilleras que más se distinguieron en esta zona, figuraba el valeroso Andrés Puertas que por el año 1809, sorprendió a un convoy de tabaco que llevaban para el gobernador de Madrid, por el Camino Real entre Burgos y Valladolid, y lo cedió para socorro de los pueblos de alrededor. 
En 1810, hizo en el mismo camino 33 prisioneros de caballería. En 1811 y 1812, fueron repetidos sus ataques hasta que salió gravemente herido en el puente de Reinoso de Cerrato. 
El vecindario de Valdecañas siempre le abasteció y le auxilió en las maniobras de guerra. Posteriormente, Andrés Puertas, a la sazón Comandante de Infantería, se presenta como un entusiasta defensor del liberalismo.

                                                                  
                                                                    Guerrillero

En 1828, Val de Cañas, era villa secular del Partido de Tierra de Campos, en la Provincia de Palencia, con Alcalde Pedáneo. En lo eclesiástico, seguía perteneciendo al arzobispado de Burgos y poseía una parroquia y una ermita. 
Su población era de 80 vecinos (226 habitantes). Por entonces los despoblados de Villarmiro y Villobaga (Villobayo) eran colindantes. 
En 1842, según el "Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y posesiones de Ultramar" de Pascual Madoz, en Valdecañas había 43 vecinos, 234 habitantes. En el término existían montes de leña baja y hojarasca, con algunas talayas. 
En 1849, Valdecañas era villa con ayuntamiento del Partido Judicial de Baltanás de Cerrato.

                                              
                                                 Baltanás, capital histórica del Cerrato

En lo eclesiástico seguía perteneciendo a la Archidiócesis de Burgos y subsistían la actual Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari y la ermita de la Virgen del Campo. 
Contaba con 45 vecinos (235 habitantes), 48 casas, una escuela de instrucción primaría con 20 niños y un molino harinero, construido en piedra de sillería, movido por las aguas del arroyo del Castillo. Con anterioridad, hubo 2 molinos. En el pueblo había al menos 5 hornos de panadería. Existían 2 fuentes manantiales para surtido de los vecinos: una, a la entrada del pueblo y, otra, al sur, a medio cuarto de legua. Dentro de esta villa, había parajes poblados de mata baja de roble y encina. 
En el Cerrato y por lógica en Valdecañas, a mediados del siglo XIX, cuando la unidad familiar no podía con su capacidad de trabajo, explotar unas tierras que por su extensión les superaba, acudían al mercado de trabajo rural, como contratantes de trabajo. Sin embargo, en la mayoría de los casos se trataba de minifundios, era una situación agrosocial de pequeños campesinos, que no tenían otra posibilidad, cuando la explotación no cubría las necesidades familiares, que ampliarla o concurrir temporalmente al mercado de trabajo como asalariado. 
Esta fue una de las razones que motivaron el éxodo a las grandes ciudades en busca de un trabajo mejor remunerado. La distribución en la comarca del Cerrato en 1930, era de 8,88 hectáreas por propietario, mientras en Andalucía occidental era de 24,27 hectáreas. 
La realidad era que en Castilla la Vieja, se cultivaba más cantidad de tierra que en Andalucía, en Castilla la Nueva o en La Mancha. El cultivo de cereales ocupaba el 92,9% de la superficie cultivada de secano. (Fuente: Dirección General de Propiedades. Memoria de 1930). 
Hacia 1894, los Padres Paúles estuvieron misionando la comarca a través de las Misiones Populares y recorrieron Valdecañas de Cerrato. Tras la Restauración política de 1875, la Congregación recuperó las Casas-Misión en la zona, y su actividad fue notoria.

                                                    
                                                           Cruz misional "Paulina"

Estas actuaciones terminaron con el advenimiento de la II República y posterior Guerra Civil española, recuperándose su actividad al final de la misma. Las "Misiones Populares", tenían otras funciones que desempeñar: los "Ejercicios Espirituales", atención a los Seminaristas, Confesiones, etc.
Hasta el siglo XX, lo normal era la existencia de una "bina", o terna de misioneros que se dedicaban a recorrer los pueblos misionándolos, Valdecañas fue uno de ellos. 
En 1900, la población de derecho era de 347 habitantes. 176 hombres y 171 mujeres. Transeúntes, 9. 
En 1907, en las elecciones a Diputados a Cortes, salió elegido por el distrito de Astudillo, al que pertenecía Valdecañas de Cerrato, D. Isaac Manrique Castrillo, del Partido Liberal-Conservador, con 4.508 votos. Su domicilio en Madrid: Hotel Imperial. 
Anomalías: En Valdecañas hubo anomalías en el recuento, pues se duplicaron el acta y la certificación. 
En 1930, la población de derecho, era de 431 habitantes y existían 186 edificios y 118 albergues. 
Por estas fechas, hubo un párroco en Valdecañas de Cerrato, llamado Teófilo Velasco Barcenilla, vinculado a Ramiro Ledesma Ramos, fundador de las JONS. Juan Aparicio, periodista amigo de Ramiro, cita a Teófilo Velasco al referirse al manifiesto escrito por Ledesma Ramos, "La Conquista del Estado": "Así "La Conquista del Estado", resulta la obra personal de un solo hombre, Ledesma, porque ni mis artículos, inflamados por un lirismo casi religioso, ni la prosa desenfadada de Giménez Caballero, ni el clamor rural que nos comunicó Teófilo Velasco, el párroco de Valdecañas de Cerrato, ni las... " 
Velasco, escribió en 1949, "El Orfismo (Una religión de Grecia)". Murió en Burgos, en el Seminario San José, en 1994. 
La guerra civil española comenzó el 17 de julio de 1936. En Valdecañas, durante la guerra civil, la vida discurrió más o menos así... Algunas personas, como sabían que iban a ir a buscarles para que fueran a luchar a la guerra, se escondían en el boquete o en la chimenea.
 Los niños tenían que trabajar en el campo desde muy pequeños porque su padre tenía que ir a la guerra. 
A algunos vecinos les ocurrió algo parecido a esta situación, cuando terminaron la mili y regresaron al pueblo, el ayuntamiento les avisó de que habían recibido una carta diciendo que tenían que presentarse en el lugar indicado, para incorporarse al ejército nacional para ir a la guerra, donde más de uno resultaron heridos y otros los menos, muertos. 
A otros vecinos de Valdecañas, por ser de otro bando, vinieron los soldados y se los llevaron para interrogarles, pero luego les devolvieron a su pueblo. A varios les hirieron durante la guerra en Teruel. Murieron muchas personas. 
En Valdecañas de Cerrato, al lado del cementerio viejo hay una placa de piedra donde aparecen los nombres de las personas de esta localidad que murieron en la guerra. La guerra acabó el 1 de abril de 1939 con el resultado de la victoria del bando nacional. 
En la posguerra, la gente empezó a carecer de alimentos y pasaba hambre, y por eso hicieron las cartillas de racionamiento para que todas las familias pudieran ir a las tiendas a recoger las pequeñas cantidades de comida que tenían adjudicadas. Si tenías mucha comida, la fiscalía venía a requisártela, por eso muchas familias tenían que esconder la comida en sus casas. Lo pasaron muy mal, por eso la gente tenía que ir a escondidas al molino a moler el trigo, de dónde salía la harina y con ella hacían el pan. 
Otras personas molían de noche el trigo en los desvanes sin hacer ruido con unas máquinas que ellos mismos tenían. Ambos tenían que hacerlo con mucho cuidado porque si les pillaban se lo requisaban. Otras personas escondían la comida en la cuadra o en el pozo. 
También había gente que se dedicaba al estraperlo, como tenían de todo (perfumes, comida, joyas, etc), hacían negocios con la gente que más dinero tenía. 
En 1955, esta villa en lo eclesiástico, dejó de pertenecer a la Archidiócesis de Burgos y Osma, pasando a integrar la Diócesis de Palencia. Esta divisoria oriental como consecuencia del Concordato de 1953, se adecuan las fronteras del obispado que regían desde el siglo XI, a las de la provincia civil. 

                                              
                                                Baltanás, capital histórica del Cerrato

Por último, en virtud del Decreto del Ministerio de la Gobernación, de fecha 21 de febrero de 1974 -B. O. E. (Boletín Oficial del Estado) del 14/3/1974-, fue aprobada la incorporación del Municipio de Valdecañas de Cerrato al de Baltanás, capital histórica de la comarca. 
Constitución del Núcleo de Población de Valdecañas de Cerrato, perteneciente al municipio de Baltanás (Palencia), como Entidad Local Menor. 
Incorporación del Municipio de Valdecañas de Cerrato al de Baltanás (Palencia). 
5395 DECRETO 647/1974. de 21 de febrero, por el que se aprueba la incorporación del Municipio de Valdecañas de Cerrato al de Baltanás (Palencia). 
El Ayuntamiento de Valdecañas de Cerrato adoptó acuerdo con quórum legal de solicitar la incorporación de su Municipio al limítrofe de Baltanás, ambos de la provincia de Palencia, en consideración a su reducida población y escaso presupuesto para prestar los servicios mínimos obligatorios, y por el propósito de obtener los beneficios otorgados para estos casos por la legislación vigente. 
La Corporación Municipal de Baltanás, así mismo con quórum legal, acordó aceptar la incorporación. 
El expediente se sustanció con arreglo a las normas de procedimiento contenidas en la Ley de Régimen Local y en el Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales. sin reclamación alguna durante el período de información pública a que estuvieron sometidos los acuerdos municipales. La Diputación Provincial y el Gobierno Civil han informado en sentido favorable y se ha demostrado en las actuaciones la realidad de los motivos invocados por el Ayuntamiento de Valdecañas de Cerrato, y la procedencia de la incorporación proyectada para mejorar los servicios de dicho término municipal, dándose en el caso las exigidas en el artículo catorce, en relación con el apartado d del articulo trece de la vigente Ley de Régimen Local. 
En su virtud, de conformidad con los dictámenes emitidos por la Dirección General de Administración Local y Comisión Permanente del Consejo de Estado, a propuesta del Ministro de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día quince de febrero de mil novecientos setenta y cuatro,
DISPONGO 
Artículo primero.- Se aprueba la incorporación voluntaria del Municipio de Valdecañas de Cerrato al de Baltanás (Palencia). Artículo segundo.- Queda facultado el Ministerio de la Gobernación para dictar las disposiciones que pudiera exigir el cumplimiento de este Decreto. Asi lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a veintiuno de febrero de mil novecientos setenta y cuatro. 
FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE 
El Ministro de la Gobernación. JOSE GARCIA HERNANDEZ 
En la época posterior a la guerra civil, se produjo el éxodo rural, parte de la población emigró hacia capitales donde la posibilidad de trabajar fuese mayor. Por esta circunstancia, su despoblación fue muy importante, igual que en la gran mayoría de pueblos de alrededor. El sentido de la migración es desde las entidades más pequeñas en dirección a las entidades más grandes. 
En 1900, el 50,8% de la población vivía en municipios de menos de 5.000 habitantes, mientras que sólo el 13,5% vivía en municipios de más de 50.000 personas. 
En 1930, en la primera categoría vivía el 40,2% de los españoles, y en la segunda el 19,8%. 
En 1950, sólo el 33,5% de la población vivía en localidades de menos de 5.000 habitantes, mientras que el 30,2% vivía en municipios de más de 50.000. Su economía derivaba de la agricultura y de la ganadería ovina. 
Desde 1900 hasta 1950, había en Valdecañas de Cerrato 2 carnicerías, en las que se compraba con tarja, (trocito de madera donde se hacía un pique o muesca). También había una fragua, una carpintería, 3 tiendas de ultramarinos, una cantina -para vino-, 2 bares -en los que se servía café-, 2 salones de baile, un estanco y una barbería. 
El pescado lo llevaba con un carro desde la estación de Torquemada, el «Hornillero» de Hornillos de Cerrato. En el 2008, todo se había reducido a un "Bar con tienda" y un "Horno de asar", Royuela.
En la actualidad, en Valdecañas existen 2 casas rurales, una de ellas, recientemente inaugurada "La Cuesta del Acedo", ( http://lacuestadelacedo.com/ ), es una magnifica edificación, con bar y restaurante, con magníficas vistas y otra, "La Cañuela", ( www.lacañuela.es/ ). en un edificio del siglo XIX, totalmente restaurado, siguiendo las costumbres tradicionales de la zona, con materiales nobles de la propia naturaleza, piedra, madera, hierro, con fachada de piedra de sillería y remates en cerámica roja. 
También había gran cantidad de bodegas con lagar. Generalmente estaban excavadas desde antaño en las laderas del Pico el Roble y se surtían de la uva de los majuelos del término, en la actualidad dentro de la D.O. Arlanza. 

                                          
                                                         Bodegas en Valdecañas

Hubo épocas en que por la abundancia de vino, "ojogallo", dio origen a que sirviese de trueque para adquirir otros productos. Durante la primera semana de la vendimia no había escuela. Todo el personal iba a vendimiar. El "hacer un lagarejo" entre mozos y mozas era un retozo. El municipio contaba con cantidad de eras para la trilla, muchas de las cuales, con su caseta para ganado y aperos de la labranza.

                                         
                                                        Labores de trilla en la era

Los carros, tirados por machos y mulas, iban con grandes cestos repletos de racimos de uva de "ojogallo", de los majuelos a los lagares. Al terminar la vendimia, y elaborar el mosto, se solía transportar en carros, los ollejos de la uva, hasta "Néstor", en Torquemada, pues con ellos se elaboraba el orujo. 
En aquellos años la actividad laboral en el pueblo era muy dinámica. Hombres y mujeres trabajaban duro de luna a luna en las labores de arado, de siembra y de siega. El acarreo se hacía, con carros de varas y armaje, tirados por machos, mulas y burros. En algunas épocas, también se laboreó con ganado vacuno. 
La economía en Valdecañas, mayoritariamente se ha movido en torno a la agricultura de cereales en general y de la remolacha. Tiene cierta importancia, eso si, mucha menos que antaño, la derivada de la vid. También había antiguamente cierta cantidad de colmenas y su miel era muy apreciada. Es y ha sido importante como parte de la economía del municipio, la relativa a las explotaciones ganaderas, hoy muy reducidas, de ganado ovino churro. 
Con la leche de estas ovejas se elabora uno de los mejores quesos de la península, denominado Queso del Cerrato. En la actualidad está aumentando la cria de ganado vacuno, después de no existir durante décadas actividad alguna en este apartado. Entre estas explotaciones, destaca una ganadería de cría importante, "La Canaleja". 
El sistema de unidades de medidas, y pesos, hasta pasado la mitad del siglo XX, se media y pesaba en el sistema antiguo, por ejemplo en varas, leguas, pie castellano, cantaras, libras, quintales, obradas, celemines, arrobas, etc. 
Todo o casi toda la labor en el campo, en la recolección,  se hacía manualmente, hasta que un muy buen día, aparecieron en el mercado las máquinas segadoras, y trilladoras, de la marca de Vitoria, "Ajuria". Pero sobre todo, la revolución llegó con el tractor, antesala de la definitiva cosechadora, hechos que cambiaron la forma de trabajar en las labores de labranza. 
En los arroyos del Castillo y el del Pozo, eran muy apreciados sus cangrejos y en época de caza, su coto alcanzó popularidad entre los cazadores procedentes del Norte de la península. 
En definitiva, el cambio producido en Valdecañas de Cerrato, a lo largo de los últimos años, en lo ambiental, en lo económico y en lo industrial, tal como lo hemos podido comprobar, ha sido espectacular. 
La hostelería es un hecho y se prevé un futuro muy prometedor. El sector ganadero en Valdecañas, ha sufrido una importante evolución en los últimos años en lo que se refiere a la producción, comercialización tanto ovina, como de vacuno, con especial importancia, en el acercamiento del productor al consumidor y la atención a las demandas del mercado.

                          VALDECAÑAS Y SU PERTENENCIA AL "ALFOZ DE PALENZUELA"
Este Alfoz, salta a la documentación en la segunda mitad del siglo XI (2-8-1052), con el nombre de Palencia: et in alfoz de Palencia, reiterándose en los decenios siguientes en el Becerro de Cardeña (10-1-1061), ...ista omnia in alfoce de Palentia que est fundata super ripa fluminis Aslanza (2-1-1069).

                  
                                                                    Palenzuela

En el Fuero de Palenzuela, similar al Fuero de Castrojeriz, otorgado por Alfonso VI, se enumeran dos series de lugares; una como "aldeas de villa", esto es, formando parte del término municipal: 
"Aldee de Palenciola sunt iste: Seoguela, Tavanera, Ornejo, Villafan, Fenar, Valles, Val de Parada; la segunda serie, mucha más amplia, enumera los siguientes lugares: In el alfoz de Palençiola Comitis sunt omnes iste ville tras Pisuergam: Santus Antoninus, Quintana Sendino, Villafainvistia, Villagundrando, Quintana, Ferrera, Val de Peral, Villa odoth, Castriello Bascones, Valdecannas, Villavoyaya, Fontaniela, Villaramiro, Castellanos, Fontovielas, Ranedo, Santa María de Rivo Cortello, Tordemoronta, Piniella, Peral, Quintanilla Rovano, Villaton, Barrio de Santa María, Quintaniella Alviela, Moral cum Palençiola serviunt regi in uno."
En estos elencos solo figuran aquellos lugares que eran realengos cuando se redactaba el fuero en el reinado de Alfonso VI, esto es: aquellas villas que servían al rey con Palenzuela: cum Palenciola serviunt regi in uno.
El 30 de marzo de 1145 tiene que intervenir Alfonso VII en una disputa sobre límites entre, el Alfoz de Baltanás, el Alfoz de Palenzuela y Ruyuela, la antigua cum terra Rio Francos.
En 1206, Villafruela no era más que una granja, y será donada al monasterio de San Pelayo de Cerrato. Valdecañas de Cerrato, aparece en 19-VII-1074 en la carta de arras del Cid: in Valle de Cannas, luego conocida como Valdecañas de Suso o de Arriba; en 16-VII-1604: Valle-Kannas y antes en 31-VIII-1039 como Val de Cannas.
San Cristóbal, despoblado en el término de Valdecañas de Cerrato, a 4.000 m. al Este, cercano al término llamado El Castillo, a la izquierda y lindando con el arroyo del Castillo que procede de Pozuelo, dando frente a un cotarro donde estuvo el mencionado castillo a unos 150 m., en este pago de San Cristóbal, además de vestigios de edificaciones, se ha encontrado en el mismo un cementerio. 
Valdecañas de Yuso o de Abajo. despoblado en el término de Torquemada, a 6.000 m. al Este a ambos lados de la carretera que conduce de Torquemada a Valdecañas de Cerrato o de Arriba, junto a la raya divisoria entre Torquemada y Hornillos de Cerrato, con ruinas todavía hoy bien visibles a ambos lados de la mojonera municipal. Citada en 1352 como Val de Cannas de Yuso, luego será conocida por el diminutivo Valdecañuelas.
Es muy probable que éste fuera el lugar designado en el Fuero de Palenzuela entre Villacentola y Valdecannas, como Báscones, ya que en un diploma del 31-VIII-1039 se identifica a Valdecañas con Báscones: et in Val de Cannas; id est, in Bascones y nunca se citan conjuntamente las dos Valdecañas con Báscones.
Se recuerdan tres iglesias o ermitas en Valdecañuelas: San Pedro, San Juan y en medio Santa María o la Magdalena.
Valdetote, despoblado en el término de Torquemada, a 5.300 m. al Este, unos 200 m. al norte de la carretera de que conduce a Valdecañas de Cerrato y a unos 1.000 m. del despoblado de Valdecañas de Abajo, en el pago llamado hoy Valdemijo, frente al Picotote. Citado en 12-II- 1062: Annaya Rodriz de Valle de Tote . Tota, es nombre de persona.
Villaboyaya, despoblado en el término de Valdecañas de Cerrato, a 4.000 m. al Este, en la ribera izquierda del arroyo Castillo, donde se han encontrado las ruinas y el cementerio del poblado en las proximidades de la ermita de Santa Ana. El nombre es citado en el Fuero de Palenzuela como Villavovoya, derivado de villa Abo Yahya, nombre mozárabe.
Villamiro, despoblado en el término de Tabanera de Cerrato, lindando con el camino de Tabanera a Antigüedad, cuando este camino alcanza a lindar con la jurisdicción de Valdecañas, a unos 1.200 m. al Oeste del actual caserío de Villarmiro. Todavía queda en el lugar algún muro que es conocido como Paredón de Villarmiro. Citado en el Fuero de Palenzuela, significando la villa de Felmiro, nombre de persona.

                                             
                      Lugar donde posiblemente estuvo el castillo de Valdecañas y el valle

San Sebastián, otro despoblado señalado en 1709 como San Sebastián ,en Valdecañas de Cerrato, es desconocido en este lugar; en cambio en Tabanera se encuentra en su iglesia una vieja talla de madera de San Sebastián, que muy bien pudiera haber sido traída del despoblado próximo a Ornejo, que sería por otro nombre designado como San Sebastián.
En 24-I-1475, figuran entre los pueblos de la Merindad de Cerrato como poblados 12 lugares, entre ellos: Villovaya, Valdecañas de Yuso.

                                                  VIDA Y COSTUMBRES VALDECAÑESAS


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